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Nacidos bajo dictaduras, abogados y académicos formados en partidos autoritarios, con carreras que en cierto punto dieron un salto meteórico; dotados de cualidades de liderazgo, afortunados como ellos solos, con instinto de la oportunidad, atentos a su momento, son algunas de las cualidades y circunstancias que hacen de Leonel Fernández y Vladimir Putin dos personajes que, aunque situados en antípodas geográficas y culturales, agotan carreras de sorprendente paralelismo, incluso en lo cronológico.
Leonel Antonio Fernández Reyna nació en Santo Domingo el 26 de diciembre de 1953, en plena dictadura de Rafael Trujillo. Vladímir Vladímirovich Putin nació en Leningrado, Unión Soviética, el 7 de octubre de 1952, al final de la dictadura de Stalin.
La familia de Fernández se mudó a Estados Unidos, donde éste pasó su infancia y años de formación en Nueva York. Cuando terminó la secundaria regresó a su país, a estudiar Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, graduándose Magna Cum Laude en 1978. Se unió al Partido de la Liberación Dominicana en 1973, cuando Juan Bosch lo fundó. Se unió al movimiento estudiantil de la década de 1970. Ascendió en el seno de su partido; miembro del Comité Central en 1985 y del Comité Político en 1990.
Fue discípulo cercano de Bosch, quien lo escogió candidato a la vicepresidencia para las elecciones de 1994. Abanderado de una fracción del PLD que, tras el fracaso electoral de ese año, orquestó un audaz proyecto para alcanzar el poder al margen de Bosch, fue el candidato presidencial triunfador en 1996. De ahí en adelante su estrella ha venido en constante ascenso. Reelecto en 2004 y 2008, aunque no compite en las elecciones actuales, de acuerdo a las encuestas su figura goza de aceptación.
De familia humilde, Putin entró en la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Leningrado, graduándose con honores en 1975, tras lo cual pasó a la Dirección de Asuntos Exteriores de la central de inteligencia soviética, la KGB, en Dresde, Alemania Oriental. Después de la Caída del Muro de Berlín fue adjunto del Rectorado de la Universidad de Leningrado y entró en política como asesor del candidato a alcalde Anatoly Sobchak. De ahí en adelante ocupó numerosos cargos y trabajó en la poderosa Administración Presidencial del Kremlin, donde adquirió contactos políticos y se hizo allegado al presidente Borís Yeltsin hacia 1996. Su ascenso dentro del gabinete culminó en 1998 al ser elevado a director del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, sucesor de la KGB.
En agosto de 1999 Yeltsin anunció su renunciar, designando a Putin primer ministro y sucesor. A comienzos de septiembre reanudó las hostilidades en Chechenia, lo que lo convirtió en el político más popular de Rusia. Fue Presidente de 1999 a 2008. Su gobierno mejoró mucho la calidad de vida de la población y la posición de Rusia como potencia euroasiática, lo que le dio altos índices de popularidad; fue reelecto con 71.3% de los votos. De 2008 al 12 fue primer ministro y acaba de ser reelecto Presidente hasta 2018 con 65% del voto.
De presentarse Fernández con éxito en 2016 y eventualmente en 2020, y Putin en 2018, en 2024 veríamos a ambos todavía presidentes con apenas 71 y 72 años de edad. Dos carreras dignas de estudio, al margen de las alineaciones ideológicas.
