Leptopirosis

Leptopirosis

Hay un brote de leptospirosis, una enfermedad infecto contagiosa de alto riesgo transmitida por algunos animales, entre ellos las ratas.

Se ha declarado un alerta roja debido a la alta incidencia de esta patología, sobre todo en sectores marginados.

Probablemente este brote es una secuela sanitaria de las terribles inundaciones provocadas por la tormenta Noel.

Es preocupante el índice de mortalidad registrado en los casos de personas ingresadas a hospitales por esta enfermedad.

Las autoridades deben orientar a la población  insistentemente sobre la forma de evitar el contagio de esta enfermedad y la prisa con que deben ser manejados los casos sospechosos de contagio.

La atención oportuna de esta enfermedad ayuda bastante a salvar al paciente y la gente debe estar bien clara sobre la sintomatología y los cuadros que presenta inicialmente cualquier persona contagiada por esta enfermedad.

También deben despejar las dudas sobre el caso de la Vax-Spiral, una vacuna de origen cubano contra la leptospirosis, pero que no parece haber sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud. No se debe permitir que intereses, comerciales o de cualquier otra índole, generen expectativas de inmunización en torno a fármacos sobre cuya efectividad aún hay incertidumbre.

En los hogares y los comercios deben adoptarse cuantas medidas sean posibles para preservar la higiene y eliminar las ratas, por cuya orina se transmiten los vectores  de la leptospirosis.

Las autoridades sanitarias deben proveer cuantas facilidades sea posible para que la gente se involucre en una campaña sistemática de eliminación de ratas.

La población debe actuar con la convicción de que la lucha contra la leptospirosis es responsabilidad de todos.

 

Inquietudes

El anuncio hecho por el Presidente Leonel Fernández, de que el Estado adquirirá las acciones que posee Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo, genera de por sí algunas inquietudes.

Una de ellas es cuáles otros beneficios reportaría esta adquisición, al margen del expuesto por el Presidente, de que le permitiría al país aprovechar a plenitud todo el volumen de petróleo previsto en el Acuerdo Petrocaribe.

Del mismo modo, cabría preguntarse si una vez adquirida Refidomsa, el Estado modificaría la estructura tributaria que afecta los precios de los combustibles, toda vez que sería el único beneficiario de las utilidades que ahora debe compartir con la firma anglo holandesa.

Hay que recordar que está pendiente una revisión de la estructura tributaria contenida en la Ley de Hidrocarburos, pues en las circunstancias actuales los altos impuestos a los combustibles son un factor inflacionario que es necesario desmontar.

Por otra parte, a propósito de esta adquisición, es inevitable la aprensión que suele tenerse acerca del papel que históricamente ha jugado el  Estado como administrador de sus propias empresas.

La coyuntura petrolera, que no da señales de que cambiará en el corto plazo, nos ha colocado en estas perspectivas de ser dueños absolutos de Refidomsa, pero por el momento solo está a la vista la ventaja de poder importar la totalidad del petróleo que nos garantiza Petrocaribe.

Aspiramos a que esa adquisición, que exige una inversión respetable, elimine muchas distorsiones y que no nos resulte más costosa la sal que el chivo.

Publicaciones Relacionadas