¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

La libertad de Expresión no vale nada sin la libertad de Pensamiento.

José Luis Sampedro.

¿Existe alguna diferencia entre los políticos que obvian los principios y las leyes para su beneficio y el sobrino de un ministro que “se hace” encima de una autoridad, en un niño de “estirpe real” que invoca su clase para discriminar a otro niño y un ex presidente que dijo que la Constitución no es más que un pedazo de papel?

No, no hay diferencia, con la excepción del tiempo y el lugar donde esos personajes mostraron la índole nociva de su ser y su actuar desprovistos de amor, de tolerancia, de compasión y de respecto a la dignidad del prójimo.

Esas personas tienen en común pertenecer a sociedades donde impera la diferencia de clase, a sociedades sumergidas en una crisis político moral progresiva, decadentes y sin espacio para la convivencia armónica y los comportamientos altruistas, respetuosos a la dignidad humana, a los símbolos y los valores creados por las generaciones anteriores.

Los promotores de la descomposición social y de la impunidad se empeñan en aupar a individuos sin escrúpulos, sin pudor y sinvergüenzas. Promueven el avasallamiento del débil por el fuerte, el mal sobre el bien, la mentira contra la verdad, el lucro por el altruismo, la solidaridad por el individualismo, el caos por orden, la riqueza y la opulencia mal habida, el engaño y la vileza.

Hacen creer a los pueblos incautos, analfabetos y hambrientos que su única esperanza para conseguir el mendrugo es con las dádivas y las migajas que reciben a cambio de su voto y de hacer coro en las campañas proselitistas.

Todos y todas quietos, impasibles frente a los desmanes cometidos ante los ojos de todos los ciudadanos y ciudadanas para acomodar la Carta Magna de la nación en beneficio de unos y la protección de otros, quienes sin duda, no podrán eternamente escudarse en la desvergüenza de la impunidad.

Sí, ha quedado demostrado una vez más que “la Constitución es un pedazo de papel” que quienes ejercen el poder en nuestro país se pueden pasar por el… sin sentir rubor de que hay un pueblo que observa su impúdica acción.

Las sociedades, las naciones, los países se constituyen a través de procesos que son como ríos desbordados: indetenibles. Una Constituyente por imposición popular es necesaria y urgente para frenar la ambición coyuntural y empezar a construir el país de todos, de todas.

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