¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

La develación de los Papeles de Panamá el año pasado sobre empresarios y ricos del mundo que crearon empresas offshore para evadir impuestos o camuflar fortunas mal habidas, debió interesar a las autoridades para conocer si había dominicanos bailando en el mayúsculo escándalo.
Esto así porque es una constante que en lo que ocurre a nivel mundial siempre “hay algún dominicano agentao” lo que hace suponer que, además del ingeniero Diandino, podría haber otros ricos de nuevo o viejo cuño, incluso del sector privado, que el Estado debería investigar.
Lo mismo debió hacer con las anteriores denuncias locales de la Sun Land, los Tucanos, la Torre Atiemar, la OISOE, Odebrecht, entre otros, que al no haber sido afrontados con rigor han afectado la imagen del presidente Danilo Medina.
Las denuncias de corrupción en la administración pública son tantas y tan frecuentes que la sociedad está hastiada e indignada con la desfachatez con que se han comportado ante estos desmanes quienes deben garantizar el manejo pulcro de los recursos del Estado.
El deseo de enriquecerse se ha expandido como una epidemia. Hay quienes no paran mientes en lograrlo cometiendo fechorías, maniobras, robos, estafas, fraudes, mentiras y crímenes de distinta naturaleza.
Un informe sobre la riqueza auspiciado por la Oxfam el año pasado indica que:
– La riqueza individual oculta en paraísos fiscales asciende a 7,6 billones de dólares, una suma mayor que el PIB del Reino Unido y Alemania juntos.
– La suma de los ingresos fiscales que pierden África, Asia y América Latina a causa de esta riqueza oculta asciende a unos 70,000 millones de dólares anuales.
– El 90% de las 200 empresas analizadas por Oxfam, entre ellas las más grandes del mundo, tienen presencia en paraísos fiscales.
– La inversión dirigida a paraísos fiscales en 2014 fue casi cuatro veces mayor que en 2001.
– Hasta el 30% de la fortuna de los africanos más ricos se encuentra en paraísos fiscales, lo que supone una pérdida fiscal estimada de 14,000 millones de dólares al año. Esta cantidad sería suficiente para salvar la vida de 4 millones de niños al año.
– La desigualdad económica también agrava las desigualdades existentes entre los grupos sociales, especialmente la desigualdad de género: de las 500 personas más ricas del mundo, 445 son hombres.
Como se ve, es conveniente y necesario que el presidente Medina, hombre sagaz y experimentado político, tome la decisión de encabezar los esfuerzos por frenar el drenaje de recursos por la tubería de la corrupción, enrumbe el gobierno por el camino recto y viabilice la acción punitiva y correctora de la justicia.
Para evitar mayores daños a su imagen y a la de su Gobierno, debe promover condenas judiciales a los culpables sin tomar en cuenta amistad, cercanía o militancia. Es la única forma posible de eludir la condena de la historia.

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