¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

Los asesinatos de mujeres, incluso con sus hij@s, se han vuelto tan frecuentes en el país que la gente espera sus reseñas cual si se tratara de una serie en que los protagonistas mueren en las formas más crueles e inhumanas.
Desde el año 1975, declarado Año Internacional de la Mujer en la Década de Naciones Unidas sobre Igualdad, Desarrollo y Paz, en la República Dominicana se ha estado denunciando el sojuzgamiento de las mujeres a la voluntad masculina en condiciones que ha sido difícil revertir, complicándose más la relación amorosa y la vida de pareja.
Los crímenes contra mujeres cometidos últimamente han generado un síndrome de desconfianza entre las mujeres y sus maridos y ha convertido el hogar en un lugar inseguro para la familia en todos los estratos de la sociedad.
Cuando empezaron a registrarse los feminicidios en que el victimario se quita la vida una vez mata a la pareja, los estudiosos del comportamiento humano iniciaron la búsqueda de explicaciones a esa actitud que se ha hecho común y frecuente.
En casi todo el país los asesinatos de niñas y mujeres de todas las edades son cada vez más horrendos y crueles, causando la impresión de que sus autores se despojan de todo humanismo para ensañarse con las víctimas, sean jóvenes o ancianas.
¿Puede la falta de dinero ser la única causa capaz de llevar a un hombre a matar a toda su familia? ¿Solo la falta de empleo incide en que un padre se envenene con todos sus hijos o se tire del puente con ellos?
Muertes de este tipo han ocurrido en Santo Domingo, San Francisco de Macorís, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, Boca Chica, Santo Domingo Este, Santiago, Yamasá, La Romana, Cotuí, Moca, La Vega, entre otras ciudades donde los habitantes están atemorizados.
Se ha observado que en los feminicidios en que el victimario se mata tras cometer el crimen, el hombre pertenece a clase media y tiene cierto nivel educativo o fue criado en hogares donde se ha inculcado valores sociales.
El año pasado las muertes de mujeres pasaron la cifra de las 91 víctimas, sin las no registradas. A solo dos meses del año nuevo se ha contabilizado más de seis crímenes espeluznantes entre los que destaca el cometido por Víctor Alexander Portorreal contra su familia.
El aumento de estas atrocidades evidencia que es necesario la ejecución de una política pública de vasto alcance dirigida a concienciar e inducir a la población a desaprender hábitos, costumbres y valores negativos en la relación hombre mujer, de pareja e intrafamiliar.
Urge crear las bases de una nueva familia fundamentada en la igualdad de género, el respeto a la vida y el rechazo de la violencia como herramienta para manejar las crisis y las desavenencias.

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