La libertad de Expresión no vale nada sin la libertad de Pensamiento.
José Luis Sampedro
La Torre de Babel que es la sociedad de la tecnología y la comunicación globalizada es dominada por consorcios mundiales ante los cuales empiezan a reaccionar países de culturas pioneras y acciones heroicas de defensa de su gente y territorio.
Grecia no podía permanecer tranquila mientras languidecía su potencial y sentía amenazados su presente y su futuro por las medidas impuestas por una mancomunidad cuya práctica ha demostrado que de ella solo se benefician las naciones más ricas que la integran.
El heroísmo de sus ancestros hizo reaccionar al pueblo griego y a sus líderes para evitar que la crisis decadente en la que está sumergido desde hace tiempo se agudizara con las recetas impuestas y acabaran succionándolo.
Cuando la economía griega, lastrada por la deuda y los flujos desiguales, colapsó en el marco de la crisis global del sistema financiero, los organismos multilaterales al servicio del gran capital socorrieron a los bancos y cargaron la crisis en el pueblo.
El rescate a la economía que se hundía incluyó flotadores para los culpables y beneficiarios de la crisis y una camisa de plomo para los trabajadores y productores agrícolas griegos.
El remedio resultó peor que la enfermedad: la calidad de vida de los griegos se redujo a tal velocidad que la reacción no se hizo esperar, la crisis económica y social devino en crisis política y en medio de la crisis la izquierda logró, en elecciones anticipadas, el control del gobierno heleno.
El nuevo gobierno propone revertir las recetas económicas que afectan a las mayorías y ha dispuesto medidas para grabar las ganancias y establecer de nuevo los impuestos y tributos al capital y a las riquezas, eliminadas por recomendación de los organismos financieros internacionales.
La Troika, es decir, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, exigen al gobierno griego reducir las pensiones, aumentar hasta 75 años la edad de jubilación, privatizar los hospitales, las escuelas y las universidades; reducir 40 % los salarios, cancelar sin prestaciones en fábricas y empresas, precarizar el empleo de los jóvenes, apropiar para fines empresariales privados los fondos de la seguridad social, traspasar los monumentos y espacios de valor turístico al sector privado, eliminar aranceles y tasas en las aduanas.
En Grecia, el capitalismo más agresivo se ha abalanzado contra la economía popular. Al mundo se le dice que los griegos son vagos, pícaros, irresponsables. Pero Grecia está dando una lección y hay mucho que aprender de ella, sobre todo de los errores: endeudamiento excesivo, gasto medalaganario, corrupción, impunidad, manejo clientelar de la política financiera, asignación antojadiza de recursos… Aprendamos también de las respuestas: democracia de calle y resistencia ciudadana.