¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

El país está tan bombardeado por las noticias de despojo de los recursos, los actos de corrupción de los que llegan al poder manipulando los votantes con dádivas y dirigiendo a los árbitros, los enfrentamientos interpersonales por prebendas y canonjías, la inseguridad de las calles y hasta en la propia casa, la ineficiencia productiva y la pesada y costosa burocracia, que la idea de irse a otra parte obsesiona al dominicano.
Lo serio de esta situación es que la ciudadanía cada día tiene más motivos para perder la esperanza de que la prosperidad sea posible en una sociedad donde lo único que tiene espacio es el comportamiento inmoral de la gente en quienes la nación confió al entregarle la administración de su destino.
Lo grave de la inmoralidad de los grupos de poder dominicanos es el atrevimientodeusar los medios de comunicación para confundir y justificar sus maquinacionesen perjuicio del pueblo.
En el Congreso y en los foros nacionales e internacionales los cuestionados “representantes del pueblo” hablan de los problemas del país como si les interesarasolucionarlos, cuando en realidad son parte de la misma maquinaria que dirige al Estadopara beneficio propio, olvidándose de la conducta cívica y altruista que caracteriza a los líderes.
El colmo de los colmos de la tolerancia dominicana es soportar que los políticos violenlasnormas para impedirel avance de la Nación, como debe hacerlo un Estado sujeto al cumplimientode las leyes, la ética y el orden.
Quien tiene un mínimo de poder cree que está por encima dela Ley, de las reglas y de las normas y solo se esfuerzaen buscar la manera de que el país siga funcionandobajo el parecer de quienes hansaqueado, oprimido ymentido durante su larga historia.
Estas conductas son posibles cuando instituciones concebidas para proteger las personas y las comunidades, en vez de actuar conforme a sus responsabilidades, se hacen cómplices de los corruptosinstrumentando irregularmente las acusaciones contra los violadores delas leyes para que no sean efectivamente juzgados por sus faltas cuando incumplen sus obligaciones.
Evidencia de que las estructuras sociales están organizadas para favorecer a quienes perjudican el país lo constituye el hecho de que hasta ahora ha sido imposible juzgar a los grandes depredadores del erario público, implicados enactos de corrupcióncometidos en los últimos veinte años.
Hasta ahora, las personas vinculadas a estas faltas no han sido juzgadas debido a las deficiencias con que se elaboran los expedientes para que los imputados salgan absueltos.
El poder corrupto y corruptor protege a sus gestores para protegerse a sí mismo.
Los corruptos tienen la fidelidad y la complicidad de sus iguales y, sobre todo, la capacidad de chantaje ya que pueden tirar de la cuerda y sacar desde el fondo toda la podredumbre de la que son cofrades.

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