¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

El trato desigual a las mujeres cambiará cuando los hombres, políticos y gobernantes, asuman que ambos son personas con plenas capacidades y derechos de origen, con quienes están destinados a convivir armónicamente compartiendo la vida.
No bien la mujer ha empezado a demostrar sus capacidades y a ser considerada positivamente en los aportes que hace al desarrollo de la humanidad, cuando se desata a nivel mundial una ola de ataques a la evolución que empieza a manifestarse en las sociedades donde están surgiendo grupos ultraconservadores que anuncian el desastre que amenaza la nueva mujer.
Que las mujeres hayan luchado por demostrar sus capacidades y potencialidades y que lo hayan conseguido debería ser admitido por los hombres cambiando su actitud frente ellas, siendo generosos en reconocer sus méritos sin escamotearle su derecho a ser y actuar en todos los órdenes de la vida.
Actualmente en la República Dominicana los partidos políticos se aprestan a organizar las primarias para escoger las personas que competirán por las candidaturas a la presidencia y cargos congresuales y municipales, las mujeres de esos partidos, aunque se han ganado sus espacios, no reciben la valoración ni el apoyo que se dispensan entre sí los hombres.
Es justo que en los partidos se midan las dirigentes políticas con las mismas rasas que a los dirigentes.
Pese a los esfuerzos realizados desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los países que la integran asumieron las demandas feministas por la emancipación de la mujer, el trato desigual continúa latente en numerosas regiones del mundo, particularmente en América Latina y El Caribe.
Quien no vive en un país en vía desarrollo podría parecerle exageración, sobre todo si piensa que hoy día el número de mujeres intelectuales, profesionales y técnicas es superior al que se podía imaginar hace un siglo, sin embargo, aún hay millones de mujeres analfabetas, desempleadas, explotadas por las propias parejas, familiares y empleadores.
A escala mundial unas de cada cinco mujeres y niñas menores de 50 años dijeron haber sufrido violencia física o sexual de una pareja íntima en los doces meses anteriores a haber sido consultadas sobre esta problemática; asimismo 750 millones de mujeres y niñas contrajeron matrimonio antes de los 18 años y al menos 200 millones en 30 países fueron sometidas a mutilación genital.
En América Latina y el Caribe el 29% de las mujeres entre 20 y 24 años de edad contrajeron matrimonio por primera vez antes de los 18 años y el 7% a los 15 años, constituyendo un grave problema los embarazos de menores.
En esta región las mujeres de los grupos de ingresos más bajos destinan más tiempo al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que las del segmento de mayor ingreso, los hombres dedican menos tiempo a este tipo de trabajo con independencia del nivel de ingreso.
Las mujeres ocupan tan sólo el 23% de los escaños parlamentarios de todo el mundo, esto representa un incremento de 10 puntos porcentuales si se compara con el año 2000, aunque sigue estando muy lejos de la paridad.
En septiembre de 2017 las mujeres ocupaban el 29,3% de los escaños en los parlamentos nacionales de América Latina y el Caribe, en la República Dominicana 56 de 222 legisladores son mujeres, es decir, representan apenas el 25 % del total de miembros del Congreso Nacional.
Y como si esto fuera poco entre las mujeres de 25 a 34 años, las cifras de pobreza extrema en esta zona del mundo son más altas, donde 132 mujeres viven en esa condición por cada 100 hombres.

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