¿Les digo algo?

¿Les digo algo?

María del Carmen (Carmenchu) Brusiloff Ugarte es una periodista vertical y clara. No anda con ambages cuando debe decir las cosas como son, ni la detiene ningún obstáculo para constatar el hecho noticioso, aunque deba correr detrás de alguien o montarse en un helicóptero.
El jueves 14 de diciembre la intrépida periodista, dueña de un ejercicio profesional como una cuartilla limpia, recibió el certificado que la acredita Premio Nacional de Periodismo 2018, presea que puede lucir orgullosamente por haber ejercido con una conducta ética que constituye un ejemplo para las nuevas generaciones.
El jurado del Premio acertó eligiendo este año a Carmenchu para la presea. Su denominación es oportuna porque estimula a los periodistas amantes de la carrera apesadumbrados actualmente por el descrédito que afecta en estos momentos la profesión debido a la incursión de gente fungiendo como tales sin la formación ni la ética, necesarias para este ejercicio.
En Carmenchu se conjugan todas las cualidades del periodista: es sensible, humana, antepone el interés colectivo al personal, ama la justicia, habla con la verdad, es gran lectora, es líder, actúa éticamente, es primera en el trabajo, incluso sus subalternos la consideran “trabajólica” y no se limita en la búsqueda de la verdad.
Carmenchu es una mujer intrépida, admirable. Dos años atrás estuvo enferma y afrontó el quebranto con espíritu indoblegable. Asumió las instrucciones médicas al pie de la letra, siguió mirando y sintiendo la vida como lo ha hecho siempre, con pasión, seguridad y determinación de superar las dificultades.
Es sumamente respetuosa del derecho ajeno, afanosa reconociendo y concediendo a cada quien el crédito que le corresponde. Es exigente y tierna a la vez.
No anda diciendo que ama, más lo demuestra con sus actitudes y detalles. En diciembre, cuando dirigía la Sección La Vida del Listín Diario, acostumbraba el 24 y el 31 reunir su equipo para descorchar una champaña y brindar por los parabienes de Navidad y Año Nuevo, un instante inolvidable en los corazones del grupo.
Sus grandes pasiones son sus hijos y sus nietos. Su principal pasatiempo: los viajes. Viajar para Carmenchu es como una inyección rehabilitadora. Su alma crece contemplando otros paisajes distintos a los suyos y las gentes de otras culturas.
Después de ser operada del corazón, ha sorprendido a quienes la aman yéndose de viaje: me voy de viaje, viajar es vida para mí, sino me voy, creo que muero en estos momentos, se fue y regresó para seguir junto a quienes la aman y admiran.
Líder innovadora, enérgica e incansable, Carmenchu entreteje nuevos proyectos periodísticos que serán legados para la sociedad y las venideras generaciones del periodismo.
Loor a María del Carmen –Carmenchu– Brusiloff a quien tenemos la fortuna de conocer y amar.

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