En Venezuela la revolución bolivariana no ha sido truncada por ser apoyada por los (as) venezolanos (as) de los cerros y campos donde habita la población desarrapada que es la mayoría y que en los últimos años ha sentido el placer de sentirse persona con derecho a ser tratada como tal y a tener perspectiva de cambiar a una vida digna, mejor.
La aspiración de los sectores populares venezolanos es la misma que anhelaron y anhelan los pobres de América Latina, por la cual muchos hombres de este continente se erigieron en espadas libertarias para materializarla, construyendo países en los que se viva con justicia, prosperidad y paz.
Esos son los mismos sueños en los que se sustentaron las luchas de Enriquillo, Hatuey, Simón Bolívar, José Martí, Artigas, San Martín, Benito Juárez, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Duarte, Luperón y de todos los demás luchadores que entregaron sus vidas en aras de legar a sus conciudadanos naciones libres con condiciones que permitieran a cada quien formarse y ser un humano digno, productivo y capaz.
Ese anhelo no lo han podido lograr los latinoamericanos y caribeños por las manipulaciones políticas y económicas de las potencias imperialistas que los han desangrado abusivamente en el pasado y el presente como está ocurriendo en Brasil, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú, Cuba, Puerto Rico, en los que las ideas independentistas se han manifestado por la ansiada soberanía.
Es evidente que, contra la revolución bolivariana y el gobierno presidido por Nicolás Maduro, los grupos de la derecha y el gobierno norteamericano han aplicado las estrategias que siempre han usado para abortar los esfuerzos de las naciones latinoamericanas y caribeñas por zafarse de su dominio, cosa que los dominicanos que hacen opinión deben recordar al momento de referirse a la situación de la República de Venezuela.
¿Acaso no recuerdan como durante la invasión de 1916 los norteamericanos distorsionaron los acontecimientos llamando gavilleros a los patriotas dominicanos, versiones que difundieron para desacreditar la resistencia y justificar su injerencia en los asuntos del país? Conste que en esa época no existía la internet y las comunicaciones no estaban desarrolladas. ¿Qué no pueden orquestar ahora para tronchar la decisión del pueblo venezolano de construir un régimen diferente al capitalista?
Parece que se ha olvidado cómo actuaron los norteamericanos y los grupos derechistas del país frente al gobierno del ex presidente Juan Bosch: para deponerlo recurrieron a las mismas prácticas que han utilizado en Venezuela, los industriales dejaron de producir y practicaron especulación para inducir escasez y hambre para que la población reaccionara en contra del gobierno legítimo votado en las elecciones.
El Gobierno dominicano, cediendo a las presiones del presidente Trump, se ha alineado con los norteamericanos olvidando que este pueblo ha sido víctima de las mismas estrategias usadas contra Venezuela.
El pueblo venezolano ha concurrido 9 veces a los plebiscitos para confirmar la legitimidad de su revolución en manos de sus líderes Chávez y Maduro. Ellos tienen el derecho de escoger su destino; lo correcto sería que los países latinoamericanos, caribeños y de todo el mundo, respetaran su decisión.