¿Les digo algo?

¿Les digo algo?

Los planificadores harían un gran favor a la población si propusieran al presidente del Gobierno la conveniencia de establecer el horario de verano y de invierno a partir de este año, para permitir a las personas que salen temprano a ejercitarse o para el trabajo, hacerlo sin temor a ser atacados en la oscuridad de la mañana o la noche.
Muchas personas que caminan y se ejercitan en los parques de la capital, se sienten atemorizadas de ser atracadas por delincuentes en horas tempranas, ya que en esta época del año aclara pasada las siete de la mañana.
El incremento de la delincuencia y particularmente de los crímenes de mujeres de todas las edades que se están cometiendo, tienen sumido en el miedo a este sector, incidiendo en que muchas dejen de realizar sus actividades cotidianas y ejercicios porque en este período las 6 de la mañana es oscuro.
Los residentes de los barrios cercanos al Jardín Botánico, el Mirador Sur, el parque de la Bolívar, el Malecón y Centro Olímpico agradecerían que el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Deportes asumieran la gestión del cambio de hora toda vez que la inseguridad ciudadana que existe no permite ejercitarse ni hacer las caminatas que muchas veces son por prescripción médica y no lo hacen por miedo a ser atacados en la oscuridad de la madrugada.
Se recuerda que la República Dominicana estaba entre los países que cambiaba la hora para aprovechar el tiempo de luz. Tras la muerte de Trujillo se suspendió un tiempo esa norma que fue restablecida por el presidente Joaquín Balaguer bajo el argumento de que permitía aprovechar la luz para ahorrar energía.
En el año 2000, durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía, se produjo un error en el cambio de hora que no fue corregido oportunamente concitando el descontento y la burla de la población.
Sin embargo, la inseguridad debido a los frecuentes asaltos, crímenes y hasta secuestros ha hecho pensar a una cantidad importante de la gente que considera el ejercicio y la caminata actividades necesarias para una buena salud y mantenerse en forma, proponer a las autoridades establecer el cambio de la hora y de esa forma ofrecer la posibilidad a la sociedad de movilizarse con mayor sosiego.
En América Latina y el Caribe hay muchos países que tienen el horario de verano y adelantan y atrasan una hora los relojes en marzo-abril y a final de noviembre. Entre las naciones que tienen establecida esta modalidad se encuentran en Cuba, Puerto Rico, algunas islas de habla inglesa, Brasil, Venezuela y Argentina.
Ojalá que las autoridades consideren el deseo de los caminantes y decidan, además de ahorrar energía y combustible como se pensó cuando se decidió reponer el cambio de horario en tiempo del presidente Balaguer, proteger la integridad de los ciudadanos y ciudadanas que inician sus actividades temprano o que cuidan su salud y bienestar físico.

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