¿Les digo algo?

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Nexcy d’León

Hay que evitar que las clínicas sigan siendo antesala de muerte

Las desconsideraciones perpetradas por las Prestadoras de Servicios de Salud contra los enfermos que ameritan atención en emergencia, cuidados intensivos o que deben ser intervenidos quirúrgicamente, son rechazadas por la población que, además, reclama esos abusos sean prohibidos en las modificaciones que se introducirán a la Ley 87-01 de Seguridad Social.

La historia de esta impopular medida de las clínicas se registra con la entrada en vigencia de la Seguridad Social y posteriormente del Seguro Familiar de Salud (SFS) del Régimen Contributivo en el año 2007, debido a que no se previeron los problemas que produciría pasar de las Igualas médicas a un seguro con un Plan de Servicios de Salud (PDSS).

Las Igualas médicas se regían por una lista negativa contentiva de las enfermedades que no cubrían y de las cirugías que tenían una cobertura del 20 % del costo. Además, había una lista general de cobertura y una lista negativa corta.

Pocas personas tenían acceso a las igualas médicas. La nueva modalidad de protección social incluía a trabajadores y sus familias, a los ciudadanos e indigentes sin capacidad económica para costear los servicios de salud no incluidos en el Plan de Servicios de Salud, a lo que quedó reducido el Plan Básico de Salud modificado en las negociaciones con los empresarios de la salud para que pudiera iniciar el Seguro Familiar de Salud del Régimen Contributivo del SDSS.

Fue en Santiago de los Caballeros donde empezó a documentarse la dificultad causada por el hecho de que la cobertura del PDSS era insuficiente y los enfermos carecían de los recursos para asumir el costo de las atenciones que necesitaban, pero no estaban en el plan.

En la capital, el primer centro médico donde se presentó la dificultad fue en Corazones Unidos, incluso se generaron varios escándalos de secuestros de enfermos por no tener dinero para pagar los servicios médicos, situaciones que pudieron evitarse si el SDSS hubiera comenzado con la Atención Primaria o el Primer Nivel de Atención en Salud como se había estipulado.

Desde entonces la población denuncia constantemente las denegaciones de servicios de salud, los rebotes de pacientes en emergencia, la retención de pacientes de alta, retención de cadáveres, cobros en exceso, cobros indebidos en emergencia, malas prácticas médicas, tanto en las grandes clínicas como en las pequeñas abiertas en todo el país.

La prohibición criminal tomada por las clínicas para proteger sus capitales ha matado, por falta de la asistencia necesaria a tiempo, ciudadanos comunes que su condición económica no le permitía depositar la suma exigida para internarlos y a notables ciudadanos que habrían podido pagar el costo de las atenciones recibidas si los hubiesen ingresado en el momento que necesitaron la atención.

Esa funesta medida de los PSS ha causado la muerte entre otros, del héroe constitucionalista Claudio Caamaño, del poeta Alexis Gómez, el periodista puertoplateño Carlos Acevedo y otros tantos que si los hubieran socorrido habrían pagado la clínica y la sociedad les habría dado su reconocimiento por haberles salvado la vida.

Corresponde a las autoridades del Sistema de Salud intervenir para evitar que las emergencias de las clínicas continúen siendo antesala de muerte y extorsión económica de la población.

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