¿Les digo algo?

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Nexcy d’León

Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca

En una sociedad en la que la mayoría vive en condiciones de total pobreza qué se puede esperar que ocurra con los niños y adolescentes? Que pase lo que está sucediendo aquí con las violaciones y los estupros cometidos por adultos que merecen ser castigados con la pena máxima que para estos casos establece el Código Penal.

Es hecho dramático que solo el martes pasado los diarios y noticiarios de televisión de la capital informaran de ocho violaciones, cuatro de estas cometidas por familiares adultos contra menores a los que sus victimarios amenazaban con matarlos a ellos y a sus madres si decían la atrocidad que estaban sufriendo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que una de cada 5 mujeres y uno de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia, una situación que, pese al avance experimentado por muchos países desarrollados del mundo, aún persiste y es mucho más recurrente en las naciones pobres debido a la falta de educación, el hacinamiento en que habitan las familias y la debilidad institucional. Además, muchos niños son objeto de maltrato emocional y desatención.

Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, para ello es necesario un enfoque multisectorial. Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.

El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son víctimas los menores de 18 años e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico: abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud física o mental, desarrollo o dignidad del niño o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.

Los hechos aberrantes que trascienden la vida comunitaria: los estupros, las violaciones, los embarazos tempranos y el maltrato a niñas, niños y adolescentes tienen una incidencia alarmante que debería movilizar la acción de las autoridades, de la sociedad y sus organizaciones representativas para frenar la ola degradante de la dignidad y la seguridad con que deben crecer las futuras mujeres y hombres de la nación.

Imposible permanecer indiferentes a las noticias servidas por los diversos medios de comunicación y a las conversaciones sociales de las cada vez más frecuentes violaciones sexuales a niñas, hasta de pocos meses de vida, que cometen frecuentemente adultos en diferentes partes del país y en todas las esferas de la sociedad.

Este tipo de crimen lleva a pensar que la República Dominicana está compuesta por hombres y mujeres sin control de su sexualidad y de sus emociones, como se entiende que ocurría en las comunidades primitivas cuyos habitantes carecían de educación, formación humana y control de sus instintos.

El pueblo dominicano ha sostenido una larga lucha procurando elevar las condiciones de vida de la población reclamando la inversión de recursos en educación, empleo, vivienda, alimentación, saneamiento ambiental, abastecimiento de agua y aprovisionamiento de los elementos imprescindibles que permiten una vida digna, pero la mayoría continúa residiendo en cordones de miseria, en casuchas donde duermen todos los miembros de la familia en una sola habitación, sin baños ni ninguna privacidad.

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