El campus de la UASD es un complejo monumental
En la capital no hay otro lugar donde se respire e inspire el sentimiento patriótico, los anhelos de libertad y el heroísmo dominicano como en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y su extenso campus, recipiente de la memoria de gloriosos momentos de la historia reciente del país.
Actualmente la universidad está cerrada a la docencia presencial por la pandemia que hizo a las autoridades del centro estatal optar por las clases virtuales, no obstante, la energía estudiantil se siente en cada rincón del campus universitario anunciando su presencia en los espacios de las embajadas de los universitarios de cada provincia y municipio.
En el campus universitario la historia de los uasdianos está viva en las obras arquitectónicas, en los mensajes alusivos a las luchas del país, en las estatuas de profesores mártires y de científicos insignes, en los bustos de los héroes y revolucionarios, de indígenas, en los árboles y la fauna, en las plazas, los edificios de las facultades y escuelas, todo lo que se encuentra allí tiene un significado.
Ante un ambiente compuesto de imágenes, paisajes y detalles representativos de la cotidianidad nacional, el espíritu de quien la contempla se estremece y le sale del alma un suspiro de anhelo por un país donde la gente sea valorada con el esmero inherente a su condición humana y esté sustentada en el trabajo y los beneficios de una eficiente administración de los recursos del país, retribuidos de manera justa para que todos y todas se sintieran a gusto en su patria.
El campus universitario de la UASD es un complejo monumental, su alma mater y su rectoría son obras de impresionante ingenio, se cuenta que los terrenos escogidos para su construcción necesitaron ser acondicionados debido a que eran parte de un denso bosque costero con algunas áreas pantanosas.
Las facultades de Ciencias de la Salud, de Ingeniería y Arquitectura y la de Humanidades son emblemáticas por representar las ramas del saber de mayor impacto en la vida de las personas y ser los ejes principales alrededor de las cuales los Estados deben organizar las políticas de un país.
En el vasto recinto universitario, las embajadas estudiantiles parecen reclamar a sus contertulios que se organicen, siguiendo el protocolo de la pandemia, y aprovechen para limpiar y acondicionar sus plazas ahora que no están en el trajín de la docencia para que cuando retornen a clase sus espacios estén en condiciones acogedoras.
En el campus universitario se han levantado bustos al profesor Narciso González, a Pedro Henríquez Ureña, de quien mañana 29 de junio se cumplirá el 137 aniversario de su nacimiento, a Manolo Tavárez Justo, los constitucionalistas Francisco Alberto Caamaño Deño, Rafael Lora Fernández, Fernández Domínguez; a Carlos Juan Finlay, Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, José Martí, Salomé Ureña entre otras obras de innegables significados éticos y humanitarios.
Además del valor histórico que representa cada espacio del campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, se aprecia el agradecimiento de la institución a sus miembros notables, por ejemplo, la Plaza de los Poetas, dedicada a Máximo Avilés Blonda, Aida Cartagena Portalatín, Pedro Mir, Enriquillo Sánchez, Andrés Avelino.
Caminar sin prisa y atentos en el campus de la UASD puede ser una grata e instructiva experiencia.