¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

Nexcy D´León

El pueblo, especialmente los sancristobalenses de la comunidad de Don Gregorio y las mujeres del país, vibraron de emoción por los triunfos de la velocista Marileidy Paulino, la pesista Crismery Santana, Zacarías Bonnat y el equipo de pelota en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 la semana pasada.

Toda esta alegría se convierte en tristeza cuando se piensa en que casi todos estos jóvenes se dedican a entrenarse con denuedo en distintas disciplinas deportivas, no tanto para cultivar el espíritu y sus habilidades, sino por el interés de concurrir a un evento deportivo con la idea de salir de la extrema pobreza en que nacieron y sobreviven con su familia.

La mayoría de los deportistas dominicanos pertenecen a los sectores más empobrecidos, día tras día sufren las inequidades de una sociedad que les margina por su condición de negros, pobres y, en ocasiones, por ser descendientes de haitianos nacidos en esta parte de la Isla Hispaniola.

Si alguien se dedicara a estudiar el comportamiento de los atletas del mundo que van a las competencias mundiales e internacionales sacaría conclusiones muy interesantes que servirían para documentar la identidad de la extracción social de los nacionales que representan a cada nación. Si se tomasen en cuenta tales estudios, tal vez los gobiernos, en especial los latinoamericanos y antillanos, exceptuando a Cuba, dedicarían un presupuesto adecuado para formar sus atletas en todos los órdenes de la vida.

Del país viajaron a Tokio en busca del éxito 66 deportistas, entre ellos 24 jóvenes dominicanas, que competirían con atletas de todo el planeta en los llamados Juegos Olímpicos de Verano de carácter mundial.

En el transcurso de los entrenamientos, tanto los seguidores de los deportes como los que no, pudieron ver los rostros de los y las deportistas entrevistados en los meses y días previos al evento, conociéndolos y enterándose de sus condiciones de vida, sus expectativas con el evento y sus sueños de jóvenes.

Entre estos estaba Marileidy Paulino, con sus ojos vivos y negros como su tez y su vigorosa determinación de romper barreras para continuar escalando peldaños, posicionando primero a su madre en un espacio más digno y confortable que el que habita actualmente.

En las ocasiones que fue vista en la televisión, se veía su seguridad respondiendo las preguntas sobre la manera como había podido prepararse para la justa pese a las limitaciones impuestas por la pandemia, el estado de emergencia y las limitaciones económicas.

Como la corredora, las demás deportistas, cuando eran cuestionadas acerca de sus condiciones físicas y los entrenamientos que debían realizar, hablaban de lo duro que eran y del tiempo que dedicaban a la capacitación y desarrollo de su rendimiento.

Algo muy importante que podía percibirse en ellas, en sus voces, era la decisión que tenían en sus corazones de triunfar, de conquistar una presea con la cual demostrar a su país y familiares sus potencialidades.

La determinación es fundamental para vencer en cualquier aspecto de la vida en el que la persona haya decidido imponer su voluntad en pro de labrarse el éxito.

Marileidy, Crismery y las otras 22 muchachas que participaron en la justa olímpica de Tokio, son ejemplos palpables que servirán para enseñar a las jóvenes que deben continuar desmontando los tabúes sobre las mujeres. ¡Ellas proclamaron que las féminas si podemos!

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