Los sometimientos por corrupción, robo y estafas de los que acusa el Ministerio Público a un grupo de exfuncionarios del pasado gobierno del Partido de la Liberación Dominicana se parecen a las novelas turcas por la intensidad del drama y la prolongada duración que impacienta a los espectadores por no poder imaginar cuál será el final.
La población, que tenía años esperando que se sometiera a la justicia todos los corruptos, empieza a impacientarse por el largo tiempo del desenlace imaginando el escarmiento que recibirán los convictos y la devolución de los tesoros robados a las arcas del Estado.
El título puesto a cada caso invita a conocer sus características y quienes de los involucrados desarrollaron tantas habilidades como para enceguecer a tanta gente mientras depredaban el erario abusando del poder y burlándose de todos de todos los estamentos oficiales en su propia cara.
Hacen reír los exfuncionarios del partido creado por el incorruptible profesor Juan Bosch cuando, queriendo aparentar gallardía, reclaman a la Cámara de Cuentas que no refiera haber encontrado irregularidades en las instituciones donde estuvieron.