¿Les digo Algo?. La jerarquía católica apoya a los depredadores de la vida antes que a los sacerdotes y feligreses que la defienden, como ha hecho con el padre Rainer Vázquez, quien hasta el viernes pasado era el párroco de la parroquia San Ramón Nonato de Baitoa, municipio de Santiago de los Caballeros.

Esa jerarquía, pasando por encima del mandato del Papá Francisco en la Encíclica Laudato Si acerca de la necesidad de cuidar la casa común y la vida donde esté amenazada, trasladó al padre Vázquez porque acompañaba a los feligreses en su lucha por la sanidad del medio ambiente de ese lugar contaminado por la Cementera Cibao.

Cristianos y comunitarios denunciaron que los dueños de cemento Cibao, que ha contaminado Los Melaos, Los Ciruelos, La Jagua, López, Baitoa Centro, pidieron al Obispo el traslado del sacerdote, petición que, pese a los esfuerzos de la comunidad, se consumó el viernes 8 de julio.

La confabulación eclesial con la oligarquía y los poderes fácticos es constante en la sociedad dominicana, imponen su fuerza a los curas que defienden al pobre de los abusos de los poderosos, ante quienes obispos y cardenales casi siempre son complacientes, faltando al mandato de Dios.

En Laudato Sí el Papa Francisco escribió: “La visión que consolida la arbitrariedad del más fuerte ha propiciado inmensas desigualdades, injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los recursos pasan a ser del que tiene más poder: el ganador se lleva todo. El ideal de armonía, de justicia, de fraternidad y de paz que propone Jesús está en las antípodas de semejante modelo,”.

La comunidad de Baitoa sabe que el Papa tiene razón.