Las mujeres, entre estas las dominicanas, recurren a su sapiencia para alcanzar sus metas y demostrar sus capacidades, además de tener que exigir respeto a su dignidad y derechos inherentes a la persona de la misma forma como se los suministran a los hombres.
Ayer las dominicanas marcharon elevando pancartas con demandas de emancipación, respeto, justicia e igualdad. A pesar de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconociendo la gravedad de la subordinación femenina declaró el Decenio de la Mujer, la cultura patriarcal permanece matando y truncando el camino de las féminas, persiste la asimetría en salarios y trabajos domésticos.
Han pasado 47 años desde que la ONU comenzó a promover iniciativas destinadas a propiciar el reconocimiento de las capacidades de las mujeres con iguales derechos que los hombres, pero es poco lo que se ha avanzado por la resistencia a asumir con seriedad los asuntos atinentes a las mujeres.
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Durante estos años, en la República Dominicana, el Movimiento Feminista empujó la creación de una legislación favorable al desarrollo y protección de las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Ese marco legal es poco conocido y nada efectivo al no existir los instrumentos, infraestructura, medios y, sobre todo, voluntad política para su operativización, dando lugar a situaciones que han costado la vida de mujeres como cuando se les ha mandado a entregar una citación o una orden de alejamiento a su abusador.