Este país ha tenido la desgracia de ser dirigido por funcionarios para quienes la Constitución y las leyes no son más que pedazos de papel que irrespetan cada vez que se les ocurre cualquier cosa prohibida para imponer su voluntad.

El irrespeto de las autoridades al ordenamiento jurídico y constitucional es la génesis de la desvaloración del principio de autoridad esencial para garantizar el orden de la vida de las personas de un país.

Los funcionarios, como dice la canción, parece que piensan con los huesitos de los pies. Ante cualquier presión que provenga de sectores poderosos, tiemblan y actúan inducidos por las urgencias sin considerar el asunto de que se trate en todas sus dimensiones, posibilidades y consecuencias.

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Ahora se confronta un nuevo problema con la construcción del muro fronterizo con Haití, obra sobre la que ambientalistas y expertos en ingeniería advirtieron que debía considerarse y estudiarse con cuidado sus implicaciones para evitar perjuicios al medio ambiente y los recursos naturales de la nación.

En sus primeros tres kilómetros han sido eliminados 6,000 M2 de mangles, se ha fraccionado un área protegida vital y se dejan sin agua los manglares situados al este de la intervención al interrumpir el sistema acuático asociado al río Masacre, un crimen ecológico que podría causar su desaparición de acuerdo a los ambientalistas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y de la Coalición para la Defensa de las Áreas Protegidas.