El vandalismo y la profanación contra los símbolos culturales, oficiales, históricos y religiosos debe ser frenado por las autoridades, traduciendo a la justicia a quienes destruyen, dañan o mutilan las estatuas, banderas y monumentos dedicados a ciudadanos meritorios, referentes de la conciencia cívica y moral del pueblo dominicano, de naciones hermanas o de la humanidad.

Recientemente, en el parque Arturo Pellerano Castro, ubicado en la Zona Colonial, un antisocial desaprensivo destruyó el busto de la poeta puertorriqueña Julia de Burgos, colocado en el lugar en ocasión de los cien años de su natalicio.

La obra, esculpida por el joven artista Rene Guzmán, fue colocada en el parque por el Comité de Amistad Dominico Puertorriqueño, constituido concomitantemente entre dominicanos y puertorriqueños, en homenaje a la poeta que blandió su arte en favor de la libertad de esta nación.

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La acción ha sido repudiada por los residentes del sector y los integrantes del Comité que, en lo inmediato, han accionado ante las autoridades para que el autor sea apresado y sometido a los tribunales a fin de que su sanción sirva de lección a los que se dedican a destruir los valores patrimoniales del país.

Julia de Burgos, poeta y madre de Puerto Rico, se ganó el cariño y el respeto de los dominicanos por haber luchado contra la oprobiosa dictadura de Rafael Leónidas Trujillo que mantuvo al país bajo su yugo durante 30 años.

Casualidad de la vida, mañana se cumplirán 62 años del ajusticiamiento del sátrapa.