Hace 2024 años que una parte importante de humanidad rememora la historia, vida, pasión y muerte de Jesús, sin embargo, la conducta de las sociedades de esos pueblos no ha cambiado y siguen reproduciendo los mismos patrones de intolerancia, injusticia, violencia, explotación y poder frente al prójimo.
La Iglesia Católica dominicana acostumbra a organizar el sermón de Las 7 Palabras, en el que se reflexiona sobre la actualidad a partir de las frases dichas por Jesús desde la cruz en que fue condenado a morir por el Sanedrín.
En este acto, considerado el principal de los de la Semana Mayor, sacerdotes y laicos interpretan desde su visión de fe la realidad social, política y económica y tocan problemas terrenales que afectan la vida de los fieles y de toda la población. Pese a la importancia que le da la sociedad, ni los presidentes ni las autoridades que administran el Estado, asisten a escucharlo.
El sermón, como dice su significado, está dirigido a cuestionar y condenar las actuaciones sociales fuera de los preceptos cristianos.
El Sermón de las 7 Palabras, siguiendo la tradición crítica y contestataria de fray Antón de Montesinos e inspirado en las prédicas del papa Francisco denunció las trampas de la seguridad social, el deterioro ambiental, la falta de políticas públicas pertinentes, la complicidad gubernamental con el enriquecimiento desmedido de grupos de poder y, sobre todo, el deterioro del sistema de partidos y la deformación de la democracia electoral.
Hay quienes quisieran crucificar a estos mensajeros de Jesús cuyas palabras siguen desafiando al poder y proclamando el necesario advenimiento de la justicia y la paz.
¡Así sea!