La exposición de los candidatos con opción real en los próximos comicios ha revelado una increíble similitud en los grandes temas que interesan a la población, a pesar de la diferencia en los estilos expositivos y de las descalificaciones de los contrarios.
En dos temas centrales: agua y minería, sorprende la coincidencia retórica con la que han evitado exponer intenciones y compromisos reales. Ninguno abordó las presiones del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo para privatizar la gestión y permitir la apropiación empresarial del agua; ninguno fijó posición directa y clara sobre las concesiones en nacientes y cuencas altas de ríos de primordial importancia para la isla, entre otros vacíos importantes. Los candidatos se prepararon para salir bien de los temas complejos; de hablar sin decir, de expresar sin exponer, de convencer sin argumentar y de hacer uso de una retórica vacía de verdaderas respuestas a las inquietudes sobre el presente y el futura del agua en nuestro país.
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Algunos candidatos de partidos pequeños y emergentes han sido más contundentes y precisos en estos temas y han tocado ambos temas, agua y minería, con más claridad y propuestas concretas, aunque sus argumentos han tenido mucho menos difusión mediática y han estado restringidos a apariciones ocasionales en medios de comunicación y en redes sociales. Votar es un deber, un compromiso y un derecho. Cumplir programas y promesas, no engañar al electorado es obligación sagrada de quienes pretenden el voto de la ciudadanía.