La 87-01 y la 64-00 son leyes importantes elaboradas en concordancia con las modernas corrientes del derecho que consideran, además de los derechos fundamentales, los llamados derechos de segunda y tercera generación.
Estos derechos garantizan la tutela efectiva y la extensión de la esencia de los fundamentales, obligando al Estado a garantizar a los sujetos individuales y colectivos la protección social y económica, ambiente sano y condiciones adecuadas para la vida en el hábitat.
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Estas leyes han sido incumplidas, violadas e ignoradas.
Los ambientalistas dominicanos han defendido la preservación del ambiente y sus ecosistemas más allá de las coyunturas y enunciados políticos, han enseñado a la población a entender que la naturaleza constituye la fuente de los componentes del hábitat necesarios para que la vida sea y sean el crecimiento humano y el progreso social.
Este miércoles 5 de junio podrán verse con lentes de aumento los efectos que sobre la conciencia dominicana han tenido las luchas de los defensores del ambiente; educando, informando y acompañando en los procesos que han demandado la preservación de los recursos naturales y la sanidad ambiental.
El lema enarbolado por el movimiento ambiental dominicano este año en el Día Mundial del Ambiente es: “que el Estado se acoja a su propia legalidad cumpliendo y haciendo cumplir a empresas, instituciones, colectivos e individuos los mandatos de la leyes, normativas y reglamentos ambientales”.
La solución a la inmensa mayoría de los problemas y conflictos ambientales del país tienen una solución simple, eficiente y pertinente: respeto absoluto a los mandatos de la ley.