Es insólito lo que está ocurriendo en el país con el surgimiento de grupos contrarios al reconocimiento de los derechos fundamentales, la tolerancia a las creencias y el irrespeto a la dignidad de las personas de cualquier etnia, procedencia y cultura.
La semana pasada activistas de redes sociales anti-derechos se presentaron en dos instituciones culturales de Dajabón y Villa Mella dedicadas al trabajo cultural con la intención de intimidar a esos gestores que desde hace años trabajan por la convivencia y buena relación entre las poblaciones de las dos naciones que integran la isla Hispaniola.
El Gobierno, el presidente y los funcionarios de las instituciones del orden y la justicia deben frenar las embestidas de esos grupos que atentan contra organizaciones y personas que contribuyen a la democracia y convivencia pacífica en la nación.
Decía el pensador y luchador mexicano Benito Juárez que “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, máxima que esos ciudadanos de los grupos autodenominados “nacionalistas” deberían aplicar.
La mayoría de las personas que usan las redes sociales para difundir sus opiniones acerca de asuntos relacionados con los inmigrantes haitianos, las creencias religiosas y los derechos de las mujeres creen tener poder y autoridad de dañar a los que no piensan como ellos en estos temas.
En las sociedades siempre han existido personas que pretenden imponer sus siniestros pensamientos, que carecen de sensibilidad para entender el valor y la gracia que se generan en el bienestar colectivo, la sana convivencia, la comprensión, la tolerancia y el respeto a la diversidad.