¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

La libertad de Expresión no vale nada sin la libertad de Pensamiento.
José Luis Sampedro.
Don Silvio Herásme Peña era sensible y afable, escuchaba a las personas con amabilidad y humildad actitudes que lo hacían sentir cercano y de confianza, no alardeaba de sus éxitos, ni de su saber, ni de su arrojo en la defensa de sus ideas, los derechos humanos y la soberanía de la patria.
Maestro de la pluma y el análisis, opinaba de los temas más intrincados de la sociedad dominicana y exponiendo sus puntos de vistas con una visión amplia, profunda, justa, ceñida a la verdad, al dato y a la comprobación. Certero en la opinión y delicado en la exposición de sus juicios con lenguaje claro y convincente.
Era un periodista de los que entienden que su oficio sólo le daba licencia para servir a la sociedad, para procurar el bien común en base a la presentación de los hechos y su contexto como forma de orientar desapasionadamente, ejercicio difícil de conseguir en el periodismo.
Conversar con don Silvio y verlo actuar en los afanes del oficio es inolvidable; poseía el don de escuchar las personas sin impacientarse ni incomodarse, decía lo que pensaba sin temor y a quien fuera. Era cuidadoso de sus fuentes, lo que hizo que fuese uno de los dominicanos mejor informados del acontecer nacional e internacional.
Conocía los orígenes y las historias de los actores de los sectores económicos, políticos, sociales, culturales y populares del país y fue testigo de episodios importantes sucedidos en el devenir del pueblo dominicano.
Era valiente, no conocía el miedo, dio demostraciones de ello a lo largo de su vida defendiendo los derechos humanos y políticos de los ciudadanos y ciudadanas en los doce años de gobierno de Joaquín Balaguer, combatiendo por la vuelta a la Constitución del 1966 en la guerra de abril y esparciendo su voz a favor de América Latina y el mundo.
Su ejercicio lo consagró como un intelectual, sin embargo, no se encumbró como hacen las personas a quienes el saber les nubla el espíritu, se cierran y se aíslan evitando comprometerse o tomar acciones que les puedan implicar sacrificios.
Se graduó en la primera promoción de periodistas de la Escuela de Periodismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) donde compartió pupitres con profesionales como su propio hermano Emilio, con Rafael Núñez Grassals, Fabián Cabrera, Brinela Fernández, Virgilio Alcántara, Yanet Dotel, Pedro Caba, Sonia Estrella, Mirna Frías, Clara Leila Alfonso y Luis Fernández, entre otros.
Promovió la unidad y profesionalización de los periodistas, participó activamente en la creación del Colegio Dominicano de Periodistas y propició el diálogo con los dueños de diarios para la aprobación de la ley.
Como profesor de periodismo, don Silvio aportó buenos ejemplos a sus alumnos y alumnas; Matilde Fabián e Ivonne Ferreras lo recuerdan como un gran maestro y le profesan eterna admiración, respeto y cariño.
“Silvio nunca faltaba al aula, era excelente maestro y exigente con sus clases. Nos decía que quien elegía ser periodista no podía tener miedo porque tenía que comprometerse a defender el derecho ciudadano, la justicia Social y la democracia”, recuerda Matilde.

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