¿Les digo algo?

¿Les digo algo?

Nexcy D´León

El comienzo de un nuevo año siempre trae consigo una mezcla de emociones: reflexionamos sobre lo vivido y renovamos nuestras esperanzas en un futuro mejor. Sin embargo, en un mundo marcado por desigualdades, hambre, pobreza y conflictos, el inicio de otro ciclo nos recuerda los desafíos que aún enfrentamos como humanidad. Millones de personas entran al nuevo año sin lo básico para vivir dignamente. Mientras unos celebran con abundancia, otros luchan por sobrevivir en medio de guerras, desplazamientos forzados y la falta de oportunidades. Estas realidades contrastantes nos llaman a la acción: no podemos ignorar las necesidades de quienes comparten este mundo con nosotros. El Año Nuevo es una invitación a replantearnos nuestro rol en la construcción de un futuro más justo. Cada pequeño gesto cuenta: un acto de solidaridad, una palabra de aliento, un compromiso con el cambio.

Como sociedad, tenemos el poder de avanzar hacia un camino de mayor equidad, donde las barreras que nos separan se transformen en puentes que nos unan. A pesar de los retos, hay motivos para la esperanza. La capacidad humana para superar adversidades, crear soluciones innovadoras y trabajar juntos es infinita. Cada año nos brinda la oportunidad de ser mejores y de sembrar las semillas de un mundo más pacífico y próspero.

Que este Año Nuevo sea un renacer de nuestros valores más esenciales: empatía, justicia y amor. Si cada uno de nosotros aporta su luz, por pequeña que sea, juntos podemos disipar las sombras que nos rodean. Porque, al final, el deseo de paz y bienestar es universal, y construirlo es una meta que vale la pena perseguir.

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