¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

La libertad de expresión no vale nada sin la libertad de pensamiento

José Luis Sampedro.

Desde que tengo uso de razón supe que los problemas crónicos del país eran y, todavía son, el desabastecimiento de los servicios de luz, agua y salud, los tres renglones fundamentales para la vida y el desarrollo de cualquier nación.

La falta de agua no la entendía, puesto que antes y ahora se decía como una verdad absoluta que la República Dominicana era un país rico en agua, acepción que ha adormecido la conciencia pública y ha dado lugar a decisiones catastróficas para varias regiones ya en ebullición ante esta permanente crisis de abastecimiento del líquido vital.

En una conferencia pronunciada por el ingeniero agrónomo Milton Martínez, profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y miembro de la Comisión Ambiental de ese centro de altos estudios, titulada: El Agua, estrategias, amenazas y soberanía, describió con datos y hechos la grave situación de este recurso ahora también amenazado por el capital minero transnacional y la corrupción existente a ambos lados de la frontera entre nuestro país y Haití.

Para la viabilidad del patrimonio hidrológico nacional, la República Dominicana está obligada a asegurar 20,000 millones de metros cúbicos anuales de agua de calidad para que su población disponga oportunamente de los volúmenes imprescindibles para el consumo humano, agrícola, turístico e industrial.

De acuerdo a los planteamiento de Martínez, un segundo aspecto clave a considerar es el hecho de que todas las cuencas fronterizas de la Isla Hispaniola derivan hacia Haití, situación que nos obliga a garantizar también un volumen de aproximadamente 1,500 millones de metros cúbicos anuales, de los cuales 1,000 millones están hoy día bajo la amenaza de varios proyectos mineros que también amenazan aguas dominicanas.

De todos los recursos naturales renovables del planeta, el agua es el más inexcusable: es difícil de purificar, de costoso transporte y de imposible reemplazo. Es imprescindible para producir alimentos, para el desarrollo económico y para la vida misma. Por eso, su disponibilidad es objeto de atención científica y política a los más altos niveles.

Aunque existen varios índices para evaluar el potencial hídrico de los países, hacia el año 1992, la hidróloga sueca MalinFalkenmark desarrolló uno que es el de uso más generalizado, asumiendo que una persona necesita 100 litros de agua por día para tomar, asearse y cocinar y que un país requiere 2,000 metros cúbicos por habitante por año para su desarrollo agrícola, industrial y energético.

En el caso de la República Dominicana, según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) desde el 2008 el país dispone de algo más de 20.8 mil millones de metros cúbicos de agua superficial y más de 2,500 millones de metros cúbicos de agua subterránea, volumen que genera una disponibilidad per cápita de 2,186.6 m3 habitantes por año, situando la cifra a la nación en la categoría de país con problemas generales siguiendo la clasificación de la hidróloga Falkenmark.

La situación del agua se torna cada vez más estremecedora y angustiante para el pueblo dominicano. Por ello todas y todos debemos ser conscientes de que tenemos que contribuir a preservarla. En nuestra próxima entrega seguiremos con el tema, en tanto no olvide que: el agua es vida, no la desperdicie!!

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