¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

Noticias provenientes de todos los países revelan que el mundo está funcionando mal, que las estructuras políticas, sociales, económicas, culturales y religiosas se han agotado y están en crisis en las naciones y países, evidenciado en que no se satisfacen las necesidades, se obvian los derechos y las ansias de justicia y paz de los seres humanos.
Tanto en el viejo como el nuevo mundo: Europa, Norteamérica, América Latina, África, Asia, El Caribe, parece que los gobernantes salen graduados de escuelas donde los entrenan en las normas contrarias a las que propugnaban y proclamaban el bienestar común, la decencia, el bien hacer, la moralidad, la justicia, la rectitud y la fidelidad.
Las maldades contra la humanidad ocurren en todos los ámbitos de la vida civilizada con actuaciones cada vez más atroces de los estamentos oficiales responsables de garantizar a los ciudadanos y ciudadanas seguridad política, sanitaria, laboral, alimentaria, protección social, vivienda y educación.
Lo peor es que los habitantes del mundo, los pueblos, pueden hacer casi nada para enderezarlo y aunque en sus cartas magnas los países proclaman ser democráticos, el poder que se concede al ciudadano para intervenir en las estructuras sociales y políticas cuando son mal dirigidas por gobiernos aviesos, son insuficientes.
Los conflictos y las confrontaciones promovidos por los propietarios de los capitales del comercio internacional, las transacciones entre países, los negocios concertados por renglones en las reparticiones de los recursos naturales en el mundo han generado la guerra y la pobreza y condenado al éxodo a millones de personas en el Medio Oriente, en África y Europa.
Este orden mundial acogota a América Latina, expectante ante la situación que viven Venezuela, Brasil, Chile, Argentina, Bolivia, Guatemala, Colombia, Nicaragua, Haití, Puerto Rico, Cuba y la República Dominicana, expuestas a las determinaciones deshumanizantes de las políticas neoliberales de las que no se han podido zafar.
En nuestro país los sectores empresariales intentan abolir las conquistas y derechos laborales de los trabajadores, reducirles sus ingresos reales recargándoles el costo en salud de los miembros de su familia y reduciendo la protección social.
Qué expectativa le queda al mundo que no sea rebelarse para que este orden de cosas no continúe amenazando su tranquilidad, el deseo de paz de las poblaciones afectadas por las guerras y los abusos de países apoyados por las grandes potencias. Todos los países deben estar alertas, ninguno escapa a que ojos malsanos de la ambición de los grandes poderes financieros se fije en ellos.
Luchar por sobrevivir, luchar por corregir el rumbo del planeta, luchar por recuperar derechos perdidos y obtener nuevas conquistas sociales, luchar por recuperar el planeta para la humanidad.

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