¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

Después que Jesucristo pasó por este mundo predicando la doctrina de amor al prójimo, paz y justicia, no se recuerda ningún líder que haya fundado una sociedad basada en valores.
Ahora que Fidel –Alejandro- Castro Ruz dejó de existir, se ve claramente que optó por dedicarse a pensar y trabajar en convertir su país en una población de mujeres y hombres sensibles, dignos y solidarios después de presenciar las desigualdades generadas por el sistema político superado con la revolución.
En occidente no se recuerda ningún líder que sintetizara los ideales de los padres de la constitución de los estados nacionales independentistas: José Martí, Simón Bolívar, José de San Martín, Artigas, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Juan Pablo Duarte, que integrara el humanismo marxista y se convirtiera el mismo en referente necesario al dedicarse con éxito a aplicar las ideas liberadoras por las que esos pensadores propugnaban y el espíritu de justicia e igualdad proclamado por las llamadas utopías de redención humana.
Cuba es una nación educada, formada en los valores para garantizar la buena convivencia en una sociedad soberana cuyos miembros conocen las atribuciones que les da ejercerla en su propio bienestar.
La Revolución Cubana es precursora en la educación de hombres y mujeres identificados con conceptos como el amor, patriotismo, libertad, justicia, trabajo, sinceridad y solidaridad en valores que no podrán ser sustituidos por los que reducen el ser humano a una cosa sujeta a los vaivenes de los intereses foráneos y al mero consumismo.
En estos días en que los cubanos rinden el último tributo a su líder inconmensurable, hay que pensar que Cuba es un país soberano, consciente de su patriotismo, de su independencia, de sus valores, de sus recursos, de su educación, de la grandeza de pertenecer a una patria donde todos y todas caben.
Errores y aciertos en más de 75 años de resistir, sobrevivir y triunfar.
Logros y fracasos en medio de una guerra declarada que utilizó todas las armas posibles para aniquilar la revolución y eliminar a su líder.
Avances y retrocesos en la creación de un modelo propio de desarrollo bajo el acoso constante del imperio más grande de la historia y de sus poderosos aliados.
Los aciertos y logros que han permitido avanzar al pueblo cubano y su revolución, conducida por Fidel son mucho más significativos que los errores y los desaciertos que lastran un proceso que ha garantizado indicadores de crecimiento humano envidiables en naciones ricas, a pesar de las carencias y las limitaciones.
La inmensidad de su obra, de su pensamiento y de su liderazgo empequeñece a sus enemigos y engrandece al pueblo cubano, a Latinoamérica y a todos aquellos que en cualquier lugar del planeta desean construir un mundo justo, equitativo y digno.
Hasta siempre Fidel.

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