¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

El aumento de la delincuencia tiene sumergida a la población en un temor cada vez más creciente de ser víctimas de las acciones criminales y las tropelías que diariamente cometen de manera impune los antisociales.
Los asaltos, atracos, robos, secuestros, agresiones, asesinatos cometidos por los delincuentes se producen en cualquier momento, tanto de día como de noche, en las casas, las calles, los parques, mercados, supermecados y hasta en las iglesias, evidenciando la incapacidad de las autoridades para controlar la situación.
La delincuencia, la violencia intrafamiliar, el desempleo, analfabetismo, la pobreza, la discriminación en todas sus vertientes, la insalubridad, la corrupción y el hambre son problemas en cuya solución todos los dominicanos deben sentirse responsables y convocados a solucionar.
Contribuir a solucionar el problema, sin incitar a las víctimas a tomar la justicia en sus manos, sino actuando organizadamente, aplicando medidas colectivas y participativas de protección social junto a un esfuerzo educativo de las autoridades que están encargadas de combatir el crimen y la violencia. El estado de inseguridad que siente la gente es tan grave que lugares como el parque Mirador del Sur, donde desde las 4 de la mañana acuden en masa las personas a ejercitarse, han visto reducirse la afluencia de público debido a los frecuentes robos y asaltos que se cometen en el lugar.
Los delincuentes cometen estas tropelías con tal destreza que las hacen casi delante de los policías apostados a lo largo de la Avenida de la Salud, quienes se enteran cuando la persona afectada se lo informa y ya no pueden hacer nada.
Al realizar sus atropellos los delincuentes no reparan si es un grupo o una persona. Cuando las víctimas carecen de botín las golpean o intimidan psicológicamente, lo hacen especialmente con las mujeres, a las que muchas veces también violan.
Estudiosos de las conductas social y humana como los sociólogos Antinoe Fiallo, César Pérez y los psiquiatras Carlos de los Ángeles, César Mella, atribuyen el crecimiento delincuencial a la desigualdad social, a las escasas posibilidades de progreso de la juventud, entre otras limitantes que de no ser corregidas convertirán el país en un estado fallido.
Se insiste en que el crimen no se combate con crimen, sino con el establecimiento de políticas equitativas para garantizar a cada persona la satisfacción de las necesidades básicas y el disfrute de los derechos inherentes a la condición humana, razones invocadas para sugerir estudiar la delincuencia en sus diversos aspectos, sujetos y problemática para poder hacer diagnósticos adecuados que puedan sustentar políticas de transformación social y comunitaria.

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