Les Luthiers y J. Sebastian
Mastropiero cumplen 40 años

Les Luthiers y J. Sebastian<BR>Mastropiero cumplen 40 años

POR GRACIELA AZCÁRATE
“ Yo no sufro de locura…la disfruto a cada minuto”
“Cuando se escriba la historia  del music-hall hispano-americano será el momento de señalar cuantas leyes supuestamente incontrovertibles del show-bussines han debido ser modificadas luego de la irrupción de Les Luthiers en los medios teatrales de lengua castellana”.

«Lleváis mucho tiempo consiguiendo que millones de personas nos riamos de nosotros mismos en forma sana e inteligente, de nosotros mismos, de nuestros tópicos y nuestras pretensiones». Con esta frase la vicepresidenta del gobierno español,  Maria Teresa Fernández de la Vega, entregó la medalla de la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica, a Les Luthiers en el mes de julio pasado  en Buenos Aires.  Se trata del máximo galardón que concede la corona española a  extranjeros.

El aniversario de este genial grupo musical es un pretexto para seguir divirtiéndose entre ellos,  divirtiendo a la gente con alegría,  música  y humor sano e inteligente.

 La ciudad de Buenos Aires ha organizado una exposición de fotos, videos, charlas, instrumentos, afiches, música  y concursos, para rendir homenaje al grupo.

 La muestra se llama «Expo Les Luthiers» y Carlos Núñez Cortés, químico, concertista y miembro fundador del grupo  dijo: «Esto es un hermoso reconocimiento a nuestro trabajo”

«Nuestro humor es atemporal, universal, tiene gran respeto por el castellano y utiliza la música como materia prima”

Esa fue la receta para el éxito rotundo que sin buscarlo los ha acompañado durante cuarenta años.

El grupo musical Les Luthiers nació el 4 de septiembre de 1967 como un desprendimiento de «I Musicisti», un grupo fundado en ámbitos universitarios por Gerardo Masana, quien falleció en 1973 con sólo 36 años, enfermo de leucemia.

El origen del  grupo musical
A comienzos de la década de 1960 se desarrolló en Argentina y, especialmente, en Buenos Aires, una intensa actividad  de coros universitarios. “Cada facultad del país tenía un grupo coral integrado por jóvenes universitarios de diferentes disciplinas, atraídos por la posibilidad de ensanchar sus horizontes musicales.Era frecuente la realización de festivales intercorales en los cuales solían presentarse actos paralelos, muchas veces de humor doméstico, a cargo de grupos formados en cada coro.

En septiembre de 1965, durante el Festival de Coros Universitarios realizado en Tucumán, un grupo de integrantes de unos de los coros de la Universidad de Buenos Aires presentó para los restantes coros concurrentes un espectáculo de música y humor.

Se trataba de divertir a la audiencia con la parodia de un muy formal concierto formado por solista, pequeño coro y un conjunto orquestal integrado por instrumentos no convencionales construidos por los mismos intérpretes con materiales caseros.

La obra central de aquel programa era la «Cantata Laxatón» y había sido compuesta por uno de los integrantes del grupo, el arquitecto Gerardo Masana, quien también fue el inventor de la mayoría de los instrumentos utilizados en aquella oportunidad.

La música parodiaba una cantata barroca y el texto había sido extraído del prospecto de un conocido laxante.

Poco después, y ante la sorpresa de los inexpertos jóvenes, el grupo fue contratado para repetir el inaudito espectáculo en una sala de la capital argentina. Se trataba de un pequeño teatro con tendencia a la programación de vanguardia en donde el conjunto se presentó, con el nombre de «I Musicisti», para ofrecer unas pocas representaciones”.

Para la sorpresa de todos, el éxito fue tan grande y rotundo que las actuaciones debieron prolongarse por espacio de tres meses.

Este triunfo arrollador fue decisivo para que el grupo fuera aceptado en la programación del «Instituto Di Tella», por ese entonces templo de las vanguardias artísticas de Buenos Aires y centro de estudios teatrales, musicales y plásticos, reconocido mundialmente.

El espectáculo presentado,» I Musicisti y las Operas Históricas»(IMYLOH), constituyó el más grande éxito de público que conociera la sala del Instituto Di Tella”.

La historia  empieza así
“Para Masana (de 30 años), Mundstock (24), Rabinovich (23) y Maronna (19), la noche en que se retiraron de I Musicisti, lejos de ser un final, fue apenas un principio.

Al día siguiente de la escisión se reunieron para fundar un nuevo grupo. Maronna propuso el nombre Les Luthiers.  A todos les pareció adecuado, dado que una de las características más llamativas del grupo eran los instrumentos fabricados por ellos mismos”.

 A partir de 1967, el grupo empezó a a llamarse Les Luthiers  y ese año es el comienzo de un largo periodo de perfeccionamiento de su estilo e identidad. Sin quererlo entraron al profesionalismo y el inesperado crecimiento de su público y estima, obligó al conjunto a trabajar para nuevos y diferentes tipos de audiencias, demandas y tentaciones.

Los caracterizó  la frescura de “quienes siempre trataron de hacer reír para en realidad divertirse a sí mismos, lo que los preservó del camino directo, del producto improvisado, de la risa fácil, del humor chabacano”.

Al cabo de nueve años de realizar  giras internacionales,  la crítica y los públicos de muchos países del mundo confirmaron “las sospechas de que estos argentinos constituyen hoy un auténtico motivo de orgullo nacional”.

Ellos mismos se asombran del exito y el cariño con que son recibidos en todas partes.

Porque “nunca trabajaron en pos del éxito e incluso ni siquiera creyeron posible la alegría de que su música-humor pudiera ser tan alborozadamente recibida por los públicos tan diversos”.

Desde 1977, Les Luthiers se renuevan y producen un nuevo espectáculo cada dos años.

Son el plato fuerte de las carteleras teatrales de Buenos Aires y después lo llevan al exterior.

Se han presentado en: Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Israel, México, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela.

Desde sus inicios hasta la actualidad los integrantes de Les Luthiers son autores del texto y de la música de sus espectáculos, correspondiéndoles también la dirección y puesta en escena de los mismos.

Ese nuevo grupo de música y humor, se caracterizó por una gran creatividad, inteligencia y el uso de instrumentos informales diseñados por ellos mismos.

Fue integrado inicialmente por el mismo Masana, considerado también su fundador, Mundstock, Daniel Rabinovich y Jorge Maronna. Después se unieron  Núñez Cortés, Carlos López Puccio y también Ernesto Acher, quien abandonó la formación en 1986.

«Éramos más en el escenario que abajo», recuerda Rabinovich, un escribano que nunca ejerció esa profesión: «Entonces no sabíamos que íbamos a durar tanto”

Eran los cálidos y divertidos años sesenta en Buenos Aires.  Mafalda hacía de las suyas  y Quino nos partía de la risa con las travesuras de la pequeña energúmena, mientras en el Di Tella  se vivía  de “happening en happening”.

 «Nacimos en un clima de libertad y reverdecer de la universidad», apuntó Mundstock aludiendo a los efervescentes y convulsionados años 60.

Muchas de sus obras giraron alrededor de  la historia de vida de Johann Sebastian Mastropiero, un personaje de ficción al que le atribuyen la autoría de sus mejores creaciones como el «Teorema de Thales», en el que en su introducción el protagonista le dice a su amante: «cuando estamos horizontales y paralelos las transversales de la pasión nos atraviesan…».

Desde entonces el grupo se mantuvo en su  composición del inicio excepto el retiro de Acher, pero sin alterar la calidad y originalidad de sus creaciones.

«Tienen una trayectoria admirable, hicieron un gran aporte a la cultura argentina con un humor trabajado, que nunca cae en la vulgaridad», dijo Carlos Ulanovsky, periodista y curador de la muestra de homenaje.

La exposición de algunos de los instrumentos creados a lo largo de su carrera es una muestra de su enorme creatividad. La «violata» es una parodia de viola creada con una lata de pintura y el traste y clavijero de un violín y la «manguelódica pneumática» una melódica unida a dos coloridos globos de cotillón.

Está el «órgano de campaña», de tubos montado sobre una mochila y pensado para que el ejecutante pueda desplazarse mientras lo hace sonar. Son apenas algunos de los 37 instrumentos creados por Les Luthiers y con los que logran crear música de la mejor calidad.

Tangos, zambas, cantatas, óperas, blues, jazz, bossa nova, serenatas mariachis, rock, vals, zarzuelas, sonatas, entre otros.  Ningún género ha escapado a su desbordande imaginación y creatividad. Nada les es ajeno. En materia musical También están los creados por ellos como el ballet leído, el cuarteto para quinteto, la fuga en si-beria, la balada pueril, salmos sectarios, canción «levemente obscena» o comedia musical infantil…para adultos.

Con sus múltiples espectáculos, Les Luthiers recorrió prácticamente toda América latina y ofreció funciones en el teatro Lincoln Center de Nueva York con un espectáculo hablado en inglés.

También se hicieron presente en las principales ciudades de España, donde han presentado todas sus obras. Por eso se han hecho acreedores de múltiples premios, el último otorgado por los reyes de España.

 “ Les Luthiers cambió la historia del humor y puso un sello a la cultura argentina», afirmó Alberto Hassan, tenor del grupo vocal Opus 4, que cantó con Les Luthiers.

 «Ellos lograron hacer humor con la música en una combinación absolutamente creativa y original”

Por eso ellos afirman después  de cuarenta años:

«Nuestro humor es atemporal, universal, tiene gran respeto por el castellano y utiliza la música como materia prima”

Fuentes:

http://www.todoele.net/humor.html

IPS. Les Luthiers se ríe de los 40 Marcela Valente

Frases geniales de Les Luthiers: http://www.todoele.net/humor.html

Sitio oficial de Gerardo Masana,  fundador del grupo Les Luthiers:

www.gerardomasana.com.ar/ luthiers/index.html

 www.gerardomasana.com.ar/ gfx/fotos/_friue.png

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