Médico rehabilitador, Medicina Física y Rehabilitación del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
El dolor en las rodillas es muy frecuente en consultas de fisiatría. Las personas acuden a diario buscando opiniones sobre cuál es la mejor forma de manejar su dolencia. Los meniscos son una de las estructuras que pueden lastimarse en la rodilla, provocando dolor y discapacidad relacionada con actividad laboral y deportiva.
Gran parte de nuestra consulta consiste en educar a los pacientes sobre su condición y orientarlos en torno a qué deben esperar del proceso.
Acostumbramos a hacer un símil con almohadas que se encuentran en la rodilla, lo que permite amortiguar el peso que soportan y brinda estabilidad en el proceso.
Tenemos dos meniscos en cada rodilla, uno lateral o externo, y otro medial o interno, que es más frecuentemente lastimado por su disposición y firmeza, aunque el tratamiento es similar para las lesiones de un menisco u otro.
La forma en que se pueden lastimar también es diversa. Lo más frecuente es encontrar desgarros en adolescentes y adultos jóvenes, relacionados con actividad deportiva o laboral, y cambios degenerativos en adultos mayores.
Esto es, que siendo el menisco una estructura fibrocartilaginosa, es susceptible de tener un desgarro de sus fibras por fricción o contusión directa, o daño crónico relacionado con sobreuso, obesidad y el paso de los años. Si siente síntomas relacionados con sensación de que “se tranca” la rodilla o “se va” la rodilla, sería bueno evaluarse para considerar este tipo de lesión, así como si siente dolor al estar de pie o subir escaleras.
Otras estructuras que su médico tratante debe revisar son lesiones relacionadas con el cartílago articular, ligamentos o lesiones musculotendinosas, claro está, habiendo descartado lesiones óseas propiamente dichas. La historia clínica y el examen físico son los elementos más importantes para diagnosticar una lesión sintomática de un menisco, y las imágenes son solo complementarias para confirmar la sospecha.
Una decisión quirúrgica, por ejemplo, no puede tomarse bajo ningún concepto basado solo en la resonancia, sin haber evaluado al paciente, ya que está demostrado que existen hallazgos de resonancia magnética en pacientes sin síntomas en la rodilla.
Culvenor y colaboradores, por ejemplo, publicó en 2018, en el “Journal Británico de Medicina Deportiva” (-BJSM- el más prestigioso a nivel mundial en la materia), un artículo con evidencia abrumadora y de alta calidad que planteaba hasta un 43 % de pacientes que tenían hallazgos de cambios en los meniscos por resonancia magnética no tenían dolor en la rodilla en ningún momento. Esto sustenta la premisa enseñada en Escuela de Medicina, que la historia clínica y el examen físico son lo más importante, y decisiones quirúrgicas no pueden tomarse tan a la ligera como ver una resonancia.
Otro artículo publicado en el “Journal of Bone and Joint Surgery” planteaba resultados similares a la cirugía de meniscos, con manejo conservador en pacientes que no tuvieran síntomas de “locking” de las rodillas a dos años de tratamiento.
De igual manera muchos aspectos se evalúan antes de decidir cirugía y no es la respuesta única al problema, como quizás se pensaba 20 años atrás.