La primera consecuencia negativa de la actual temporada de la NBA ha sido el incremento de lesiones que han sufrido los jugadores previo al inicio y luego de iniciada la temporada regular 2019-2020..
Las más destacadas, sin mencionar las ocurridas en la pasada campaña a Kevin Durant, Klay Thompson y Paul George, han sido las sufridas por el base, Stephen Curry, y el ala-pívot Draymond Green, de Golden State Warriors, y el novato sensación primer pick en el draft de este año, Zion Williamson.
Curry, quien recientemente sufrió un desgarro de ligamento en la muñeca derecha, fue sometido a una cirugía para reparar la fractura del segundo metacarpiano. Estará fuera de juego por unos 44 partidos.
Su compañero, Green también cayó lesionado tras una rotura de un ligamento del dedo de su mano izquierda. Estos se suman al problema físico que había en el equipo, como el de Klay Thompson (posible baja para toda la 2019-2020). Green era el único de los pilares históricos del pasado lustro de éxito que quedaba sano.
El portento jugador de primer año Zion Williamson, de los Pelicans de New Orleans, también se unió al grupo.
Zion Williamson, el número 1 del Draft 2019, fue sometido a una cirugía artroscópica en su rodilla derecha para arreglar un problema en la parte lateral del menisco. Al principio se creyó que perdería de seis a ocho semanas, pero se rumora su baja podría prolongarse casi hasta 2020.
Más recientemente, el ala-pívot de los Blazers, Zach Collins, se torció el tobillo mientras se ejercitaba, lo que provocó una pequeña rotura de ligamentos que no requerirá cirugía.
Zach se une así a Jusuf Nurkic en la lista de jugadores interiores lesionados de los Blazers, aunque ambas dolencia tienen poco en común. El alero de Charlotte Hornets, Nicolás Batum, (fractura de dedo) estrá fuera de juego de dos a tres semanas.
El base titular Reggie Jackson, de Detroit Pistons, está en lista de lesionados y se espera su estadía sea prolongada de tres a cuatro semanas. Todo por culpa de los dolores que arrastra en la espalda.