Lesiones y muertes por accidentes de tránsito: un problema que puede prevenirse

Lesiones y muertes por accidentes de tránsito: un problema que puede prevenirse

Se estima que en el año 2000 murieron en todo el mundo 1,26 millones de personas como consecuencia de los accidentes de tránsito. Esa cifra representa más del 2 por ciento de la mortalidad mundial. En los países de ingresos bajos y medios, donde se produce el 90 por ciento de los accidentes de tránsito mortales, la mayoría de las víctimas son peatones, motociclistas, ciclistas y pasajeros del transporte público. La mayor parte de esas personas nunca podrían adquirir un vehículo de motor privado.

Según las proyecciones de un estudio realizado por la OMS, la Cruz Roja y la Harvard School of Public Health, si continúan las tendencias actuales, para el año 2020, los accidentes de tránsito pasarán a ocupar el tercer lugar como causa de muerte o lesión en el mundo.

Los costos socioeconómicos son enormes: se establece que los costos globales tangibles de los accidentes de tránsito representan a un país aproximadamente un 1 por ciento de su Producto Interno Bruto.

Organismos como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dicen que la magnitud del número de víctimas y los costos no son los únicos problemas que deben preocupar: también resulta alarmante la poca severidad de los ordenamientos jurídicos en general con respecto a los infractores de las normas de tránsito y la actitud poco diligente de la mayoría de los organismos que se ocupan de las víctimas de los accidentes de tránsito.

Esto no sólo contribuye a la persistencia e incluso al empeoramiento de ese problema, sino que también es motivo de grandes sufrimientos y dificultades para la mayoría de las víctimas de los accidentes de tránsito, sobre todo las personas con discapacidades que por lo general reciben muy poca asistencia e indemnización.

Los accidentes de tránsito también tienen consecuencias de carácter intangible, como son el efecto que produce en la dinámica familiar la pérdida de un ser querido y el estigma de la inseguridad que produce en la población la ocurrencia de accidentes de tránsito

[b]FACTORES DE RIESGO[/b]

Cuando se analizan las causas de los accidentes de tránsito, se le asigna al factor humano la responsabilidad en un 90 por ciento de los casos, en 8 por ciento se habla de un factor mecánico y en el 2 por ciento del factor vial, pero lo cierto es que para explicar su ocurrencia es importante partir de la premisa de que cada accidente no se debe a una sola causa y que si bien es cierto que las que preceden inmediatamente al accidente son importantes, existen otras que actúan como causas contribuyentes.

Factor humano:

Edad. Tanto en lo concerniente a lesiones y a muerte, los traumatismos entre ocupantes de vehículos de dos ruedas (motores y motocicletas) son mucho más frecuentes entre los 15-24 años; los ocurridos entre ocupantes de vehículos de cuatro ruedas (automóviles, camiones y guaguas) son más frecuentes entre los 25-50 años de edad, y los acontecidos en peatones lo son entre los mayores de 65 años.

Sexo. Los hombres conducen más peligrosamente que las mujeres y vulneran con mayor frecuencia las leyes de tránsito, tanto en calidad de conductores como de peatones, lo que tiene su reflejo tanto en las estadísticas de choques, como en las de ingresos hospitalarios y de mortalidad. Esta conducta diferencial tiene profundas y anacrónicas raíces culturales, pero también está influida por el distinto nivel de acceso a los vehículos y a la exposición desigual a diversos agentes psicoactivos como el alcohol.

Alcohol. El consumo de alcohol previo al accidente es uno de los principales factores de riesgo. Hay evidencias de que en cada dos de tres accidentes, el conductor ha ingerido alcohol u otras sustancias tóxicas. El alcohol tiene un efecto depresor sobre el sistema nervioso central, y en ciertas personas, los efectos sobre su raciocinio y capacidad de realización de actividades complejas aparecen con la ingesta de cantidades muy pequeñas.

Sueño y fatiga. Son factores de riesgo importantes sobre todo en choferes de empresas que transportan mercancías y productos. Muchos conductores de camiones y patanas son obligados por sus empresas a conducir por más de 12 horas en el día. Otros, por los bajos salarios lo hacen.

Violación de leyes y reglamentaciones de tránsito. Entre las que con mayor frecuencia causan accidentes están la desobediencia a las señales de tránsito, doblar sin encender las luces correspondientes, no respetar los límites de velocidad establecidos para los diferentes tramos viales, salirse de los carriles, invadir el cruce de peatones, hacer caso omiso a las luces de los semáforos, estacionarse mal, manejar temerariamente, acercarse demasiado al vehículo que va delante, entre otras.

Circular sin dispositivos de seguridad, como el cinturón y el casco protector, en caso de los motoristas y la inadecuada protección a los niños (sentarlos en la parte delantera o sin los asientos especiales) contribuyen a aumentar las lesiones y la mortalidad de los accidentes.

Los problemas emocionales. Diversos estudios han demostrado que la inestabilidad afectiva son factores importantes en la ocurrencia de accidentes de tránsito. Los separados y divorciados tienen mayor tasa de colisiones que los casados. Las personas que están sufriendo una situación de estrés familiar o laboral también son más propensas.

Poca experiencia. En todos los países, la incidencia de colisiones es máxima en los años que siguen a la obtención del permiso de conducir. Así, los años de experiencia en la conducción de vehículos de motor, son un factor protector contra los accidentes.

También se habla de que el desconocimiento de los caminos y las carreteras es un factor de riesgo.

Uso de celulares. Estudios han demostrado que la utilización de teléfonos portátiles o celulares mientras se conduce cuadruplica el riesgo de sufrir una colisión. No obstante, disponer de uno de estos teléfonos en caso de choque, acorta el tiempo entre la solicitud y la obtención de ayuda, elemento vital cuando hay heridos graves.

Enfermedades del conductor. Los diabéticos y los epilépticos presentan mayor riesgo de sufrir traumatismos por choques, tanto por determinadas manifestaciones de su enfermedad como por los efectos de su medicación. Los individuos con enfermedades cardiovasculares, aquellos que presentan defectos visuales mal corregidos y los que sufren de déficit auditivo tienen también mayor riesgo.

Factor vehicular:

La condición mecánica en general y las condiciones de seguridad para el conductor y los pasajeros juegan su papel en la producción del accidente: el estado de los frenos, de las gomas, de la suspensión, el funcionamiento de las luces, especialmente las de los frenos son elementos importantes. La fortaleza de la carrocería y el estado de las bolsas de aire actúan como agravantes una vez ocurrido el accidente.

Factor vial. Los baches, las construcciones, reparaciones, las superficies de rodado en mal estado al obligar a hacer ajustes en la velocidad de desplazamiento, tienden a provocar accidentes. Otros factores, relativos al entorno son las deficiencias del alumbrado en calles y avenidas, las condiciones climáticas y la presencia de animales en la vía.

[b]PREVENCION [/b]

Los traumatismos por accidentes de tránsito pueden prevenirse y sus consecuencias pueden aliviarse. Los estudios realizados sobre estrategias eficaces en la prevención de los accidentes de tránsito indican que es urgente adoptar un enfoque multisectorial que englobe a sectores como la salud, el transporte, la educación, el medio ambiente y las autoridades responsables del cumplimiento de la ley con la participación de la sociedad civil y del sector privado.

Uno de los elementos más importantes en la prevención de los accidentes de tránsito es el cumplimiento de las normas de circulación vial y la aplicación de medidas drásticas a quienes las incumplan.

El rol de la policía de tránsito es fundamental. Sus acciones deben ir destinadas a la revisión de las condiciones de los vehículos, aplicación de controles de alcoholemia –sobre todo los fines de semana -, verificación del uso de los dispositivos de seguridad (cinturones, apoyacabezas, cascos para motoristas), entre otros.

Aunque en el mundo occidental no suele prohibirse el consumo de alcohol a los conductores de vehículos de motor, únicamente se establecen límites permitidos de alcoholemia, lo más razonable sería exigir la abstinencia de alcohol durante la conducción.

Existen muchas otras normas que han demostrado su eficacia en varios países. La obligatoriedad en el uso de cintas reflectantes que definan el contorno de los camiones disminuye notablemente los choques entre camiones y otros vehículos. La obligatoriedad de circular todo el tiempo con las luces encendidas ha dado resultado en los países donde la medida se ha implementado.

En cuanto a las medidas educativas, estas deben inician con la enseñanza en las escuelas de las leyes y reglamentaciones de tránsito, de los riesgos viales, del peligro del consumo de alcohol y drogas, así como de la importancia de la fatiga a la hora de conducir.

En un país como el nuestro, donde conducir temerariamente es la norma no escrita, valdría la pena reforzar el empleo de mensajes educativos que insten a la gente a manejar con extrema prudencia y desconfianza, ya que el tipo de conductor que maneja “a la defensiva” casi nunca se ve implicado en traumatismos de tráfico.

Las personas que tienen enfermedades que pueden alterar su nivel de consciencia o las que siguen un tratamiento con antihistaminicos o medicamentos depresores del sistema nervioso central deben pedir orientaciones a su médico para minimizar su riesgo de sufrir accidentes.

Las empresas dueñas de camiones deben realizar evaluaciones clínicas y psicológicas periódicas a sus conductores y evitar que conduzcan por más de ocho horas continuas, permitiendo que tomen periodos de descanso cada dos horas.

Un hecho inquietante es que entre un 25-50 por ciento de las lesiones traumáticas de la médula espinal se produce durante el traslado del herido, en muchas ocasiones de forma precaria desde el lugar del choque al hospital. Por tanto, la enseñanza de las normas básicas de socorrismo entre los usuarios de vehículos de motor, incluyendo el traslado de los lesionados de forma que siempre se mantenga el eje cabeza-cuello-espalda, es también importante.

Es fundamental que los programas de prevención estén respaldados por un firme compromiso político; corresponde a los gobiernos una función particular a la hora de crear las condiciones que favorezcan la seguridad vial. Las medidas preventivas deben fortalecer los aspectos legislativo, educativo y asistencial.

Hasta el presente, más de 25 millones de personas han encontrado la muerte en accidente de tránsito en todo el mundo, mientras que incontables millones han resultado discapacitadas y lesionadas.

La seguridad vial es responsabilidad de todos. La formación de alianzas que engloben a diversos sectores de la sociedad puede contribuir a promover y facilitar la labor destinada a prevenir los traumatismos por accidentes de tránsito.

[b]CIFRAS EN REPÚBLICA DOMINICANA[/b]

De acuerdo al documento Indicadores básicos de salud 2002, publicado por la Secretaría de Salud Pública y la Organización Panamericana de la Salud y que recoge la mortalidad registrada en el país, en el 1999 ocurrieron 1, 484 muertes por accidentes de tránsito, el 84 por ciento de ellas en el sexo masculino. En el 2000, se registraron 1240 muertes por accidentes de tránsito y de nuevo más del 80 por ciento afectaron a los hombres. Para ese mismo año, los accidentes de tránsito constituyeron la tercera causa de muerte registrada, sólo sobrepasada por el infarto agudo del miocardio y las causas mal definidas.

Como causa de demanda de atención, los traumatizados en accidentes de tránsito representan más del 20 por ciento de todas las emergencias en hospitales y clínicas del país. Son una de las primeras causas de emergencia y la cuarta causa de hospitalización.

Tal y como lo demuestran las estadísticas recogidas por la Comisión Nacional de emergencia, la principal causa de heridas y muertes en los días feriados son los accidentes de tránsito. El perfil característico de las víctimas durante los pasados días 24, 25 y 26 de diciembre es el de un hombre joven (edad promedio 27 años) que conduce un motor o pasola a altas horas de la madrugada.

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