Levante el pulgar…y después hablamos

Levante el pulgar…y después hablamos

En cualquier lugar del país la respuesta al dedo pulgar que sobresale del puño cerrado es el grito de prácticamente todos: ¡Llegó Papá y p’al palacio va!

Gente de clase media se asusta cuando una encuesta no responde a sus intereses; en otras palabras, cuando la encuesta favorece al partido contrario a quien lee el periódico o escucha y ve las noticias.

Mientras El Caribe conspiraba contra los intereses del Partido Revolucionario Dominicano y Germán Emilio Ornes inclinaba el periódico contra Juan Bosch, este último continuaba su campaña visitando barrios, villorrios, pueblos, ingenios, fábricas, escuelas, organizando al pueblo. Los resultados son harto conocidos.

Las elecciones no se ganan en los periódicos ni en las estaciones de radio o de televisión, la elecciones se ganan con propuestas serias, creíbles y factibles.

Las elecciones son mucho más que un sentimiento encontrado cuando una persona resulta contrariada por un comentario, por una información manipulada, por un titular malicioso, amañado, pagado solapadamente.

La conspiración de Ornes y El Caribe se ha repetido en la historia nacional de una y otra manera.

Unas veces solapada, otras con ingenio y malicia, siempre con fines ulteriores, negadores del derecho a la información veraz que merece el lector de periódicos, quien escucha la radio o ve la televisión.

El descrédito de muchos medios de comunicación no es fruto de la malquerencia de los lectores. Es la manipulación, la verdad a medias, la selección de las fotografías o de las fílmicas que ilustran una noticia.

La manipulación comienza cuando se manda al periodista con una pregunta dirigida a irritar a un candidato, cuando ese periodista es enviado como quintacolumnista. El pueblo, más viejo y más sabio que todos los periódicos, televisoras, estaciones de radio y que los periodistas, ese pueblo que conoce al cojo sentado y al ciego dormido, dirige su atención hacia los medios que más o menos publican las informaciones acercándose a la realidad.

El pueblo sabe quién miente, quién manipula, qué intereses guían la colocación de las noticias y el despliegue con que se  presentan. El pueblo ve cómo se publican fotos que favorecen a un candidato o desfavorecen a otros.

Parece como una simpleza pero lo que se comunica está íntimamente relacionado con los intereses que defiende quien decide qué publicar, qué desplegar, qué minimizar.

La guerra mediática se resuelve con dinero y eso es lo que nunca ha tenido el pueblo; de ahí que el voto sea el gran nivelador de la sociedad.

¿Usted cree que el pueblo votará para favorecer que siga la corrupción, el saqueo del país, la inseguridad, el alto costo de la vida?  

Haga su encuesta en la calle, cierre el puño, levante su dedo pulgar… y después hablamos.

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