LEX economía brasileña

LEX economía brasileña

Una forma de impulsar los resultados de la economía es eliminar los obstáculos al crecimiento. Otro, es sencillamente cambiar la forma en que se calculan las cifras del ingreso nacional. Tomemos a Brasil, que el miércoles pasado anunció u  crecimiento de producto interno bruto de 3.7% para 2006, superior al estimado previo de 2.6%

Esto se produce justo a tiempo, antes de la visita del presidente a Estados Unidos, y muy fuerte, en relación con las revisiones de años anteriores. Indica que el PIB real creció en una tasa respetable superior al 3% anualmente, desde 2000.

La nueva metodología parece estar en gran medida en línea con los cambios en otros países, y no menos cuando se trata del sector de los servicios, que ahora se dice que representa cerca de dos tercios de la producción brasileña. Es muy probable que las cifras oficiales subestimen su avance relativo después de las reformas iniciales de los años 90. El crecimiento del ingreso real ha sido tan generosos como el de sus contrapartes de EEUU, por ejemplo, al lidiar con las mejorías de calidad.

Para los inversionistas, y hasta para las agencies de calificación, es tentador descartar esas esos ajustes demorados  descartar esas esos ajustes demorados a sean buenos o malos, como agua pasada. Pero a diferencia de EEUU, Brasil tiene una vieja tendencia a dejar por debajo las cifras del PIB inicialmente, antes de revisarlas al alza. A cambio, esto puede que haya afectado el crecimiento. Después de todo, muchas decisiones, desde la apertura de nuevas fábricas hasta la compra de acciones corrientes, se hicieron sobre la base de cifras viejas.

Ganar un mayor respaldo para hacer nuevas reformas debe resultar más fácil cuando los políticos pueden señalar los beneficios de pasos anteriores. Brasil tiene mucho por hacer todavía. Los planes más recientes para enfrentar el recargado sector público y la inversión en infraestructura son demasiado tímidos para desatar el potencial de Brasil. La regulación todavía parece estar hecha a la medida de poderosos intereses y sindicatos locales, mientras que la protección de inversionistas minoritarios suele ser débil. Sin embargo, para cambiar esa cultura hará falta mucho más que contraer  los números.
(Trad. IPC)

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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