Ley de partidos sí, pero…

Ley de partidos sí, pero…

Millizen Uribe

Aunque nueva vez la ley de partidos políticos es motivo de discusión, me preocupa cuán limitado ha sido el debate, centrado, en esta última etapa, en temas como padrón abierto o cerrado, primarias individuales o simultáneas.
Estos enfoques son, por demás, reduccionistas. De hecho, como reza un principio de investigación, el primer paso para solucionar un problema es identificarlo correctamente. Por eso valdría la pena preguntarse si, en el sistema de partidos dominicanos, ¿Acaso el principal problema son las primarias o el padrón? ¡Claro que no! Esos son detalles secundarios.
El principal problema, el reclamo ciudadano, es la falta de representación. Aquí hay muchos partidos, salvo contadas excepciones, que no están jugando su rol, que se han divorciado total y rotundamente de sus ideologías, de sus doctrinas fundacionales.
Y no es el caso solo de los partidos grandes. Igual sucede con los pequeñitos, de los cuales algunos se limitan a actuar como bisagras, aliados sempiternamente con los tradicionales a cambio de que le den una institución, cual pedazo de pastel.
También me refiero a los progresistas o de izquierda, que deberían capitalizar esta anomia moral y ética que hay en el país y no lo han hecho.
En vez de eso, unos y otros, prefieren diluirse en problemas internos, enfrentamientos de facciones, luchas de poder por el poder, no ideológicas ni fundamentales. No asumen, con la vehemencia adecuada, la agenda, ni los problemas de la ciudadanía.
Por ejemplo, ante la epidemia de violencia de género, ¿Qué han dicho o hecho los partidos? Semanas después del paso de los huracanes Irma y María hay miles de damnificados. ¿Qué han propuesto para que, ante otro fenómeno similar, estos ciudadanos, que tienen derechos y pagan impuestos, no estén nueva vez vulnerables?
Entonces, si vamos a discutir de partidos y de ley comencemos por lo fundamental. Entiéndase: Cómo hacer que los partidos cumplan sus objetivos reales, que representen los intereses de la ciudadanía. Cuáles mecanismos de presión y de seguimiento se pueden emplear.
Cómo mejorar la calidad democrática, que sea más real y participativa. Cómo mejorar el tiempo y calidad de las campañas.
Y, lo más importante, cómo transparentar el financiamiento. Los partidos recibirán este año, que no es electoral, 800 millones de pesos, dinero que sale del trabajo y esfuerzo de todos. ¿A quién le consta el uso correcto?
No se trata de ser antipartidos. En el juego democrático son las entidades idóneas, pero, estemos contestes, en que estás son cuestiones fundamentales, y ninguna se resuelve con una ley, sino con voluntad política, cambiando la cultura política, algo difícil en un país donde abundan entidades politiqueras, cuya única misión es asaltar el Estado y, por ende, más que partidos políticos, son corporaciones.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital