POR GERMAN MARTE
El coordinador nacional de Participación Ciudadana, Luis Schecker Ortiz, dijo ayer que si el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) no hubiese recibido un revés tan dramático como en los comicios pasados, no habría planteado la modificación a la Ley Electoral para que los recursos que reciben las organizaciones políticas se repartan equitativamente.
Sin embargo, consideró que se debe modificar la Ley Electoral para que no siga beneficiando sólo a los grandes partidos y permita el surgimiento de nuevas alternativas.
Sostuvo que los legisladores deben separarse un poco de su propio partidismo y ver más allá de sus intereses partidarios, ver el campo de la democracia y fortalecer el sistema democrático.
A sugerencia del PRSC, que obtuvo apenas el 8% de los votos en las elecciones presidenciales del 2004, los congresistas reformistas y perredeístas aprobaron una modificación a la Ley 275-97, para que en lo adelante los recursos que entrega el Estado a los partidos se repartan equitativamente entre todas las organizaciones que sacaron más del 5% de los votos.
El PLD, que sacó el 57% de los votos, objeta la modificación y la considera un acto de mezquindad política, por lo que pidió al presidente Leonel Fernández que observe la pieza.
Empero, Schecker Ortiz considera que hay que procurar una fórmula de equilibrio, de modo que se tome en cuenta no sólo el número de votantes, sino también las abstenciones, ya que estas representan el rechazo de una parte de la población y su deseo de que haya nuevas ofertas electorales.
«Creo que la democracia es eso, pluralismo. Pero cuando hablamos de pluralismo no queremos alentar los mini-partidos, los negocios políticos, sino que realmente haya expresiones que reflejen el sentir de un grueso de la población», subrayó Schecker Ortiz.
Dijo que el panorama político se caracteriza por el predominio de tres grandes partidos «que han venido polarizando, y algunos dicen enajenando la voluntad de votación del pueblo, si se toma en cuenta los niveles de abstención, que es igual a niveles de rechazo a la participación de los candidatos y los partidos tradicionales».
Otro elemento que caracteriza el panorama político nacional -destacó Schecker Ortiz- es la proliferación de pequeños partidos «que no representan una población significativa, como para que puedan justificarse» en cada proceso, haciendo muy costoso el manejo de las elecciones.
«Muchos de esos partidos se crean, no con la intención de ofertarle al pueblo alternativas nuevas, sino simplemente como un negocio y alimentarse de los fondos que suministra el Estado y de otros que se agencian del sector privado para vivir de la política, no para hacer una política constructiva», afirmó.
Es por ello que entiende que la Ley Electoral actual que distribuye de manera discriminatoria, reafirma la preeminencia de los tres partidos mayoritarios y bloquea el surgimiento de nuevas organizaciones que pudieran ser alternativas a las ofertas electorales de los partidos tradicionales.
El surgimiento de nuevos partidos está obstaculizado por una serie de requisitos que hacen prácticamente imposible que surja una nueva estructura con un nuevo mensaje político, recalcó el coordinador de Participación Ciudadana.
Por esa razón -insistió- se debe hacer un esfuerzo para revisar la forma en que se distribuyen los recursos del Estado a los partidos que realmente tienen representación, pero sin castrar las posibilidades de que surjan nuevos partidos con posibilidades de enfrentar honestamente a los favorecidos por la ley electoral vigente.