Ley y Constitución

Ley y Constitución

Tanto se ha hablado acerca de la supuesta inconstitucionalidad del proyecto de Ley que cursa en el Poder Legislativo para su aprobación; y tan débiles la defensa que acerca de dicho proyecto, sostienen los auspiciadores de la misma, que me he visto en la obligación de escribir estas líneas en defensa de la denominada Ley de Lemas y su posible aplicación en la República Dominicana.

Sostienen quienes se oponen al proyecto en cuestión, que de aprobarse vulneraría el artículo 91 de nuestra Carta Magna que establece, que «Las elecciones se harán según las normas que señale la ley, por voto directo y secreto»; de modo que de ser aprobada y promulgada incoarían, por ante la Suprema Corte de Justicia un recurso inconstitucionalidad.

Ahora bien, cuando la Constitución en su artículo 91 habla de voto directo, significa que es indelegable en su ejercicio; que es personal y que no puede ser por representación; que no puede ser ejercido mediante un mandatario. Significa, que el elector selecciona directamente su voto; y también de modo directo lo coloca en el sobre y lo deposita en la urna, de manera personal, valga la reiteración. La Constitución como Ley de Leyes que es, es de aplicación estricta, no se interpreta; como Ley que eso, no escapa al principio jurídico de validez universal según el cual: Ubis Lex non distiguet nec nos distinguere debemus, (donde la ley no distingue el interprete no puede distinguir), que tiene como corolario que la ley clara se aplica, no se interpreta.

En el mismo tenor y sentido, es necesario traer a colación, que en nuestro sistema electoral viene aplicándose desde hace cierto tiempo, el voto preferencial para elegir a los diputados, que no es más que una aplicación de la llamada Ley de Lemas, que implica que aún cuando el candidato por el cual el elector votó no obtenga los votos suficientes para salir diputado, dicho voto se suma al partido y al candidato a senador por la organización de que se trate. No es ocioso subrayar, que a ninguno de los actuales cuestionadores del proyecto que cursa en el congreso, se le ocurrió para entonces, ni tampoco ahora, incoar un recurso de inconstitucionalidad respecto del voto preferencial de los miembros de la Cámara Baja.

Siendo así, quienes quieren hacer de la Constitución de la República un traje a la medida, no son los auspiciadores de la llamada Ley de Lemas, sino, quienes la impugnan.

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