Leyendo «Lucha contra Trujillo, 1930-1961» de Juan José Ayuso

Leyendo «Lucha contra Trujillo, 1930-1961» de Juan José Ayuso

Estoy leyendo este libro del poeta Ayuso, por quien siento un ya viejo afecto. Durante muchos años comencé mi programa radial con unos versos suyos. «Abriendo un surco claro para que el sueño quepa». Eran buenos los versos… el sueño … sigue siendo un sueño.

Lo que me propongo ahora es ir leyendo este libro, que me parece un gran libro, y de paso, escribir algunas notas que se me ocurran. De ningún modo quisiera que esto moleste a Juan José ayuso.

En la página 49 leo: «El 24 de septiembre, abierto hasta el 26, se celebró el Primer Congreso Obrero Nacional, convocado por la Confederación de Trabajadores Dominicanos que dirigía el delegado trujillista Julio César Ballester Hernández pero con Mauricio Báez y Ramón Grullón como asesores. Yo he estado buscando en esta cita de Capdevila, que hace Ayuso, algo más de ese muy curioso Congreso Obrero del año 46. Pero no encuentro nada más. Yo recuerdo (debió ser a fines de septiembre o a principios de octubre del año 46), ese inusual mitin en el Parque Colón de Santiago donde hablaron Mauricio Báez y Salvador García Agüero, llegados de La Habana para ese Congreso Obrero. García Agüero era  uno de los grandes oradores políticos de la Cuba de entonces y fue Senador de la República por el Partido Comunista, ahora no recuerdo por cual provincia.

En la página 51 en un párrafo de Bernardo Vega, que cita Ayuso, se dice: «En Santiago se detuvo al veterano antitrujillista Moisés Franco y se asesinó a un joven locutor de apellidos Reyes Cerda». Como yo vivía en Santiago, por esos días,(precisamente en la Calle Cuba, en casa del Profesor Valencia) puedo asegurar que no ocurrió lo de Franco, ni lo de Tomás Reyes Cerda, quien pasó a una mejor vida muchos años después de ese tiempo (fue muy ingrata para mí la última ocasión que vi a ese colega, pues cumplía yo el encargo del director de la Biblioteca Nacional, Anaiboní Guerrero Báez, de dar el pésame a Tomás por la muerte de su hija, de 17 años, nacida en Méjico, quien se había suicidado).

Moisés Franco, para ese tiempo, vivía como asilado en su propia casa (calle Cuba) frente al parque Colón de Santiago. Recuerdo que una tarde allí lo visitamos unos cuantos de la JD y del PSP.

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