LF define prioridades si gana las elecciones

LF define prioridades si gana las elecciones

El doctor Leonel Fernández dijo ayer que un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tendrá como retos enfrentar el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, la falta de sostenibilidad financiera del sector eléctrico, el aumento de la deuda externa de más de 100% por la actual administración y la realización de una reforma fiscal, dentro de los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El candidato presidencial del PLD, en la exposición de su programa de gobierno para el cuatrienio 2004-2008 en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio, atribuyó la crisis económica a problemas internos.

Consideró que la desconfianza en los mercados y agentes económicos creada por el actual gobierno, al pretender desprestigiar los logros alcanzados por la gestión del PLD, el carácter inoportuno de la reforma tributaria, denominada como ‘el paquetazo fiscal’ a finales del 2000, el incremento del gasto público por encima de los ingresos ordinarios y la competencia desatada por el gobierno con el sector privado para acceder a los recursos de la banca, han contribuido a crear la actual crisis económica e institucional.

Aseguró que una gran parte del gasto público es en empleos improductivos.

Dijo que desde septiembre del 2000 a diciembre del año pasado, el gobierno ha contratado 77,500 empleados adicionales en la administración pública.

Asimismo, en lo que respecta a la deuda, el ex presidente Fernández aseguró que de RD$6,350 millones que dejó el gobierno del PLD en agosto del 2000, sólo en el Banco de Reservas, las actuales autoridades la han multiplicado por casi cuatro, llevándola a RD$24,000 millones, y la extendió a toda la banca comercial.

Asimismo, destacó que la falta de coordinación de las autoridades entre la política fiscal, la política monetaria y la política cambiaria.

Aseguró que en una próxima gestión de gobierno del PLD y fuerzas aliadas, esos problemas serán enfrentados, mediante una política de gerencia de crisis, con un equipo experimentado, de manera consistente y eficaz, para recuperar en el plazo más breve posible, la confianza, el crecimiento económico y la estabilidad de los distintos indicadores macroeconómicos.

Manifestó que los datos de la crisis económica resultan escalofriantes, ya que el año pasado el país produjo US$3,000 millones menos que en el año 2000. La tasa de desempleo ha pasado de 13.8% en el 2000, a 16.8% en octubre del año pasado, con lo cual se han perdido en los últimos tres años y medio por encima de 600,000 empleos.

Indicó que en el 2003, el crecimiento económico fue negativo y resultó el más bajo de los últimos diez años. De igual manera, la inflación fue de 42.6%, y sólo en los primeros tres meses de este año, ha sido de 24.35%.

Señaló que desde el 2001 al 2003, las reservas internacionales del Banco Central bajaron de US$962 millones a US$153 millones. La tasa de cambio ha tenido un comportamiento inestable y volátil, la deuda pública ha pasado de 25% del PIB (Producto Interno Bruto) a 57% y la deuda externa se ha incrementado en más 100%.

Sostuvo que el país podrá salir de la crisis si vota abrumadoramente el 16 de mayo por el PLD.

Consideró que para la superación de la actual crisis hay un serio problema de credibilidad en el liderazgo y representatividad política que sólo se supera respetando la voluntad de la mayoría expresada en las urnas, ya que de lo contrario lo que se produciría en el país sería un estado de ingobernabilidad que agravaría aún más la ya delicada situación de nuestra economía.

Aseguró que si las elecciones se definen en una primera vuelta a su favor el país se evitaría la incertidumbre y el desasosiego que generan «unos espíritus tenaces, pero malignos, que pretenden no escuchar el grito de la calle, cuando les dice: E’pa’fuera que van, e’pa’fuera que van.»

Dijo que un gobierno encabezado por él tendrá que estabilizar la

tasa de cambio y disminuir la tasa de interés a los préstamos de los bancos y el alto costo de la canasta familiar, así como generar un gran volumen de empleos.

Asimismo, manifestó que un nuevo gobierno del PLD definirá una política de austeridad, estableciendo límites al crecimiento del gasto en personal, así como a los gastos en materiales y suministros.

Fernández entiende que realizar una reforma fiscal, en el contexto del Acuerdo con el FMI, debe permitir equilibrar las finanzas públicas y modificar la composición de los impuestos, sin que sea una carga excesiva sobre el ya deprimido sector privado, acompañada con la racionalización del gasto público.

En lo relativo al déficit cuasi fiscal del Banco Central, entiende que el “punto nodal radica en que los recursos empleados en el rescate bancario dejen de ser un problema monetario del Banco Central.”

Dijo que con la creación de una entidad especial para tales fines todos los pasivos y todos los activos recibidos por el Banco Central y la Superintendencia de Bancos deben ser transferidos a esa nueva entidad, separada jurídicamente de la autoridad monetaria y que sus operaciones no contaminen y limiten la política monetaria.

«La diferencia que existirá entre los pasivos y los activos deberá ser cubierta por el Estado dominicano con un compromiso de largo plazo. Para que ese compromiso del Estado pueda hacerse tangible, y no sólo sea una declaración de intención sin mayores consecuencias, es necesario que se concrete la reforma fiscal acordada con el FMI, que le permita a la próxima administración tener un superávit fiscal de no menos del uno por ciento del producto interno bruto», manifestó.

Fernández es el segundo de los tres candidatos presidenciales de los partidos mayoritarios que expone su programa de gobierno ante la Cámara Americana de Comercio. Dirigentes peledeístas y ex funcionarios del PLD le acompañaron.

Asimismo, la mesa principal estuvo presidida por entre otras personalidades, el presidente y vicepresidente de la Cámara Americana de Comercio, Jorge Iván Ramírez, y William Malamud, respectivamente; Miguel Stefan y Luis Manuel Pellerano.

También estuvo presente el coordinador del Diálogo Nacional, monseñor Agripino Núñez Collado.

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