Lágrimas de lujo

Lágrimas de lujo

Hoy día, las lámparas chandelier  continúan vigentes. Se trata de una opción muy elegante y sobria que se tiene al momento de seleccionar una lámpara colgante. Este estilo además de funcional suma un toque muy distintivo a la decoración.

POR HELEN JÁQUEZ
Es cierto que en la simpleza es donde prima la elegancia y el  buen gusto, pero eso no quiere decir que la grandeza en detalles, con elementos que hagan resaltar el trabajo artesanal de un objeto denote mal gusto o exceso.

Un objeto que es de por si inmenso, y que para su uso es necesario disponer de  un gran espacio, ya sea en su recibidor, sala o comedor, son las lámparas chandelier. Estas lámparas de tamaños monumentales son ideales para hacer lucir cualquier espacio muy elegante y refinado, con el simple hecho de tener presente una de estas «pequeñitas» lamparitas.

La procedencia original de estas lámparas colgantes es Europa, y pertenecen a la Edad Media, una época en la que primaba la abundancia de elementos en la decoración, en donde existía un rechazo total de la simplicidad y una búsqueda constante de lo complejo. Se daban importancia a los efectos de luz, juegos de perspectiva a través del claroscuro, como buscando crear una atmósfera de sorpresa o misterio. En fin, un gran gusto por lo dramático, lo escenográfico y lo teatral.

Y, todos estos elementos lo poseen las lámparas chandelier, en las que se refleja una gran riqueza decorativa y exuberantes formas.

Hoy día, estas lámparas de apariencia gótica continúan vigentes. Se trata de una opción muy elegante y sobria que se tiene al momento de seleccionar una lámpara colgante. Este estilo además de funcional, suma un toque muy distintivo a la decoración.

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