Lian Fanjul de Azqueta
Presidente de la Fundación Mir

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 “Este es un pueblo maravilloso”
“Este es un pueblo maravilloso y feliz, un pueblo de gente que no tiene rencor en sus corazones”, quien así se expresa es Lian Fanjul de Azqueta, una mujer cuya sensibilidad hacia los más desposeídos ha quedado plasmada en la obra de bien social que realiza en La Romana a través de la  Fundación Mir.

Proveniente de una acaudalada e importante familia de colonos azucareros de Cuba, doña Lian llega a  República Dominicana, de manera formal en el 1982, cuando sus hermanos,  Pepe y Alfonso, deciden invertir en el lujoso complejo Casa de Campo.

Su vida transcurre a caballo entre la Florida y este paradisíaco lugar del Este de la isla, donde trabaja arduamente a favor de familias de escasos recursos en las áreas de la educación y la salud física y mental.

Cada año la Fundación Mir celebra Esplendor Mágico por la Vida, uno de los eventos más importantes pro recaudación de fondos, que convoca a personalidades nacionales e internacionales con el único fin de colaborar para los programas de ayuda humanitaria que desarrolla Fundación Mir.

  Mañana viernes  inicia el Fin de Semana Benéfico Esplendor Mágico por la Vida en su 17ma. versión, un buen número de años acumulados para pasar revista con doña Lian sobre esta iniciativa que hoy es una de sus grandes motivaciones de vida.

¿Qué siente al dirigir una entidad como la Fundación Mir? 

Es una gran satisfacción  saber que podemos ayudar a tantos niños y personas necesitadas en La Romana, pero también es un reto para que día a día continúe como hasta ahora lo hemos hecho y lograr que permanezca por siempre.

¿Cuál fue el origen y la inspiración que le hizo fundar esta entidad?

Yo estaba teniendo una experiencia espiritual y estaba revaluando mi vida. Surgió entonces la necesidad de ayudar estas mujeres que yo llamo las “trabajadoras de la noche”. Tratando de ayudarlas me di cuenta que debía hacer algo más por ellas, por sus hijos y por sus vidas. Entonces acudí a mis hermanos Alfi y Pepe. Con su ayuda y su apoyo creamos la Fundación con programas que  tienen como estandarte la medicina, la salud y la educación.

Estoy convencida de que educando nuestros jóvenes y ayudando a las muchachas para evitar que  busquen trabajos en las calles, con programas de estudio, trabajo social y lucha contra el Sida,  contribuimos a construir un mejor futuro para ellas.

¿Cuál considera usted ha sido la mejor obra en estos años?

Todas las obras son buenas, una conlleva a la otra.

¿Qué novedad trae para este año?

Este año, al igual que todos los otros, solo pienso en seguir ayudando a quienes más lo necesitan.

¿Qué se siente cuando se trabaja para el bien de los demás, desinteresadamente?

Creo que es un don que Dios me dio. Cada día  que amanece solo pienso en cumplir con mi tarea de ayudar a los demás y de esta manera siento que mi corazón se llena de júbilo y aumenta mi deseo de continuar trabajando por el bienestar de los que más necesitan.

¿Que nuevos planes tiene la Fundación Mir?

Fundación Mir tiene como plan ayudar cada vez más a las personas más necesitadas en La Romana, a través de los programas de educación y salud.

Educar la juventud no solo a nivel académico, sino también a tener principios y crearle valores para que puedan desarrollarse en un mundo mejor.

También tenemos un gran reto en colaboración con la Universidad de Columbia, que es eliminar el Sida pediátrico, en principio en La Romana y luego en el resto del país.

¿Qué es lo que más la ha marcado   en estos años de trabajo, que recuerde entrañablemente?

Siempre tengo en mi mente la sonrisa de los niños, jóvenes y demás personas que a través de la Fundación reciben nuestra ayuda incondicional. Ellos son mi fuente de inspiración.

Sin embargo, hoy recuerdo especialmente a Johancy, un niño que cuando llegó a la Fundación estaba desnutrido y enfermo, parecía un niño de los enfermos de África, verlo hoy correr, sonreír y completamente sano me llena de satisfacción.

También está Esmeralda, la primera niña que nació sin Sida en el programa de la Clínica de Familia MIR y que actualmente tiene 7 años.

¿Cuáles proyectos están pendientes por realizar?

Todos. Iniciar un proyecto es fácil, lo difícil es mantenerlo y por eso mi lucha y trabajo diario se basan en mantener los cinco proyectos que tenemos en La Romana: La Escuela Técnica Vocacional, con 580 alumnas inscritas; el CPR Esperanza, con 100 muchachos estudiando actualmente; el Orfanato para niños desamparados, la Clínica de familia MIR y Casa de Paz con quien inicié hace años la obra.

  ¿Cuántas puertas le han abierto para colaborar con la Fundación Mir?

Hay puertas que siempre están abiertas, como mi familia, Central Romana, Casa de Campo y amigos que siempre están dispuestos a ayudar. Cuando llamo en nombre de la Fundación,  obtengo respuesta.

Fundación Mir tiene como plan ayudar cada vez más a las personas más necesitadas en La Romana, a través de los programas de educación y salud”

Colaboración

El apoyo de su familia 

Doña Lian está consciente de que sin el   apoyo moral y económico que recibe de su familia, su esposo, su hija Lyanne y  de sus hermanos Alfi y Pepe, este proyecto no se hubiera hecho tangible. Sobre  Lyanne  recae hoy en día todo el manejo y organización de la Fundación.

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