Liberalismo: Edward Kennedy deja un vacío difícil de llenar

Liberalismo: Edward Kennedy deja un vacío difícil de llenar

Washington, (AP).- En los bastiones del liberalismo, es difícil imaginar que alguien llene semejante vacío.

El senador Edward Kennedy era el guerrero vociferante, el líder liberal irredimible, el maestro táctico de los acuerdos legislativos. También tenía sus debilidades y se vio acosado por la tragedia, aunque siempre impuso su encanto personal y su bonhomía de sangre irlandesa.

A su tiempo, muchos pretenderán recoger su manto.

Un vistazo al panorama político permite detectar políticos destacados por méritos propios que pueden conducir el Partido Demócrata. Pero ninguno encarna la totalidad de lo que Kennedy aportó al Senado, a las campañas políticas, a la mesa de negociaciones.

Por cierto, el presidente Barack Obama fue prácticamente proclamado por Kennedy como el heredero del manto político de la familia Kennedy. Y Obama se ha beneficiado enormemente por las comparaciones de su estilo con el vigor juvenil que en su momento impuso el presidente John Kennedy, el hermano mayor del senador.

«Kennedy lo avaló, lo apoyó e hizo suya su campaña», comentó Roger Hickey, codirector de la Campaña para el Futuro de Estados Unidos, de orientación liberal. «Por eso muchas de las esperanzas de todos los que seguían a Ted Kennedy también están depositadas en Barack Obama. Es el mayor líder en el panorama».

Pero mientras Kennedy abrazó el papel de paladín liberal, Obama se percibe a sí mismo como un presidente pospartidista, ávido de deshacerse de etiquetas ideológicas.

También está Hillary Rodham Clinton, otra hábil política que surgió de la sombra del nombre familiar para desarrollar su propia reputación como progresista que estableció cordiales relaciones de trabajo con sus adversarios.

Howard Dean, ex titular del Comité Nacional Demócrata, electrizó a los jóvenes con su candidatura presidencial en el 2004 y se ha convertido en un paladín del ala liberal para la promoción del seguro universal de salud.

Pero Obama y Clinton no son criaturas del Senado. Para Kennedy, el Senado era su reducto personal; para Obama y Clinton, una transición. Y Dean es un ex gobernador de Vermont que mantiene ásperas relaciones con los demócratas de Washington.

El senador Harry Reid, líder demócrata en el Senado, y la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, están al tope de la jerarquía legislativa partidaria. Pero no tienen la misma estatura venerable que Kennedy. Y si bien Pelosi es apoyada por el ala izquierda del partido, es demasiado polarizante dentro y fuera del Congreso como para tener el toque mágico de Kennedy.

Un viejo colega de Kennedy, John Breaux, un ex senador de Luisiana que concretó más de un acuerdo legislativo operando desde el centro del partido, dijo que Kennedy era una figura demasiado excepcional como para que alguien lo reemplace.

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