ROMA (AFP).- Italia recibió el martes con un enorme suspiro de alivio y una inmensa alegría la liberación de las dos rehenes italianas y de sus colegas iraquíes, cuyo cautiverio hundió al país en la angustia durante tres semanas.

   El jefe del gobierno italiano Silvio Berlusconi convocó a una conferencia de prensa improvisada para confirmar la buena nueva que unos instantes antes había adelantado el canal de informanción árabe Al Jazira.

   «Es un momento de gran alegría. Después de tantos días, de noches, tantos caminos recorridos», declaró Berlusconi agregando que las dos jóvenes, ambas de 29 años, «podrán dar un beso esta noche» a sus familiares.

   Berlusconi no precisó en cuáles condiciones fueron liberadas las dos italianas y sus dos colegas iraquíes.

   El ministro de la Defensa Antonio Martino afirmó simplemente que el papel de los servicios de inteligencia militar (SISMI) había sido «decisivo» mientras que el diario el Corriere della Sera mencionó en su edición del martes que se pagó una recompensa de un millón de dólares.

   Confirmando la importancia que se han ganado las dos jóvenes en el corazon de los italianos, las reacciones de felicidad se multiplicaron en todo el país y el Papa Juan Pablo II también manifestó, a través de su portavoz, que la liberación de las dos Simona lo llenaba de alegría.

   Como señal de solidaridad y felicidad, el célebre Coliseo de Roma será iluminado la noche del martes, anunció el alcalde de la capital italiana, Walter Veltroni.

   El alivio en este país ha sido tan sentido al producirse después de la ejecución, el pasado 26 de agosto, del periodista italiano Enzo Baldoni.

   Al expresar su alegría, el jefe de Estado Carlo Azeglio Ciampi, también tuvo unas palabras para todos aquellos rehenes que no han sido liberados o que fueron asesinados.

   «Nos queda el dolor de todos aquellos que han sido asesinados de manera bárbara. Nos mantenemos angustiados por todos los rehenes que todavía están en manos de sus secuestradores», dijo.

   Los dos iraquíes secuestrados al mismo tiempo que las dos Simona también fueron liberados. Se trata de un ingeniero, Alí Raad Ali Abdul Aziz, que trabajaba como las dos italianas para la organización «Un Puente para Bagdad», y Manhaz Assam, jefa de proyecto de otra organización italiana, «Intersos».

   La rehén Mahnaz Assam, declaró que tras ser liberada en una calle de Bagdad tomó un taxi hasta su casa y que no tiene ninguna idea de la identidad de sus secuestradores.

   Apenas se supo de su secuestro, Italia se movilizó a favor de las dos jóvenes, organizando manifestaciones de solidaridad y cerrando filas con el gobierno que multiplicó las iniciativas para lograr un desenlace positivo.

   La oposición, para lo esencial, jugó las cartas de la unidad como lo pidió Berlusconi y las formaciones de centro izquierda renunciaron durante la crisis a reclamar el retiro de las tropas italianas de Irak.

   La toma de rehenes de las dos Simona fue considerado desde el principio como un caso atípico.

   El hecho de que los secuestradores hubiesen secuestrado a mujeres y además que se tratase de mujeres que estaban en Irak para ayudar a la población civil y a los niños en particular, sorprendió mucho a la opinión pública.

   Los especialistas se preguntan también sobre el hecho de que, contrario a otras toma de rehenes, los secuestradores optaron por no difundir ninguna foto o video de las jóvenes mujeres, como sí lo han hecho con otras personas en cautiverio.

   Después de dos semanas de un silencio inquietante, el país se hundió en la angustia máxima el 23 de septiembre, cuando dos sitios islamistas de internet anunciaron la ejecución de las voluntarias italianas.

   Pero las autoridades calificaron de poco fiables estas reivindicaciones e Italia se negó obstinadamente a creer en su asesinato.

   El lunes en la noche, Alí Al Roz, el director del diario kuwaití «Al Rai al-Aam», que se convirtió en una suerte de intermediario en este caso, anunció que salvo un problema de último minuto las dos Simonas serían liberadas esta semana.

   La liberación de las rehenes italianas fue saludada por el primer ministro francés Jean Pierre Raffarin que reafirmó su ferviente deseo de ver liberados a sus dos compatriotas, los periodistas Christian Chesnot y Georges Malbrunot, secuestrados en Irak desde hace más de un mes.