BOGOTÁ (EFE).- El obispo de la ciudad colombiana de Yopal, Misael Vacca Ramírez, secuestrado el pasado sábado, fue liberado ayer cerca del lugar en el que fue capturado por hombres armados, al parecer del Ejército de Liberacion Nacional (ELN).

   Fuentes del Episcopado colombiano precisaron en Bogotá que el prelado, de 48 años, fue liberado en un lugar conocido como Moscote, en una zona limítrofe entre los departamentos de Boyacá y Casanare, al nordeste.

   El obispo de Trinidad, localidad también de Casanare, Javier Pizarro, se comunicó con portavoces del Episcopado para informar de la puesta en libertad de Vacca.

   El religioso será trasladado hoy mismo en un helicóptero de la Brigada XVI del Ejército, desde el lugar en que fue liberado hasta Yopal, capital del Casanare, a unos 400 kilómetros de Bogotá.

   El lunes pasado distintas autoridades habían señalado que el obispo fue secuestrado el domingo pero hoy, martes, se aclaró que éste fue capturado por los presuntos rebeldes el pasado sábado por la tarde.

   Vacca estaba acompañado de dos sacerdotes que fueron liberados más tarde por los secuestradores, que afirmaron que con el obispo enviarían un mensaje del ELN al gobierno.

   El pasado lunes, la Iglesia colombiana advirtió de que el secuestro del obispo «afecta la posibilidad de un proceso de paz», al tiempo que pidió su liberación.

   «Reafirmamos nuestra posición de total rechazo al secuestro de toda persona, y lo condenamos como un crimen detestable que viola los derechos fundamentales de la vida y la libertad. Reiteramos a los grupos al margen de la ley para que procedan a la liberación de todas las personas retenidas», expresaron los obispos.

   El arzobispo de Medellín, Alberto Giraldo, recordó que desde junio pasado delegados del Gobierno y del ELN mantienen contactos en busca de reactivar las conversaciones de paz bilaterales, suspendidas desde comienzos de 2003.

   El secretario de la Conferencia Episcopal, Fabián Marulanda, confirmó, también el lunes, que el obispo secuestrado realizaba «labores de acercamiento entre uno de los grupos armados ilegales», pero no precisó cuál.

   En noviembre de 2002, una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) secuestró al obispo de Zipaquirá, ciudad cerca a Bogotá, Jorge Enrique Jiménez, quien era entonces presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam).

   Jiménez fue liberado unos días después, a raíz de una operación militar, junto al sacerdote Desiderio Orjuela, párroco de la localidad de Pacho, quien acompañaba al prelado en el momento del secuestro.

   A finales de mayo pasado, el presidente colombiano, Alvaro Uribe, invitó al ELN a reanudar el diálogo suspendido desde 2003 y solicitó a su homólogo mexicano, Vicente Fox, servir como «garante» en los acercamientos.

   Los «comandantes» de esa guerrilla aceptaron a México como mediador y el presidente Fox designó a un ex embajador en Colombia, Andrés Valencia, para iniciar las gestiones.