Libérate: estrategias que desbloquean la timidez

Libérate: estrategias que desbloquean la timidez

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Ser tímido no es malo
Sin embargo, se convierte en un obstáculo cuando su origen es patológico, ya que puede llegar a suponer una amenaza para la estabilidad psicológica impidiéndote mantener relaciones sociales normales. En consecuencia, es una limitación a tu desarrollo personal. El origen de la timidez todavía no está muy claro. Algunos expertos le adjudican una procedencia hereditaria y educativa.

Forma de defensa

El tímido es, en general, muy emotivo y tiene  miedos. No se fía de nadie, ni de sí mismo; tiende a protegerse de una realidad que no le gusta, culpa de sus dificultades a otros, tiene un carácter pasivo y tratar de ganarse al afecto de los demás para reforzar sus sentimientos y su propia valía a pesar de los fracasos. Le avergüenza mostrar sus sentimientos, no soporta sentir que le miran… pero algunos tímidos logran sacar fuerzas de su interior y se sobreponen, e incluso utilizan conductas compensatorias como agresividad, frivolidad, chistes… que son mecanismos de autodefensa.

Sin poder evitarlo, los tímidos experimentan a menudo una serie de reacciones físicas, la mayoría visibles como sudor en rostro y manos, cara sonrojada o movimientos repetitivos. Todas ellas son respuestas psicosomáticas a los intentos por disimular su timidez.  Pero también hay otros muchos síntomas que no se ven, como dolor de cabeza, aceleración del ritmo cardíaco o diarreas y vómitos. No te pongas nervioso, relájate y trata de actuar con normalidad; enfréntate cara a cara con la situación y los signos irán desapareciendo. Sólo tienes que confiar más en ti y fomentar tu autoestima.

Puedes superarla

Cuida tu imagen, quiérete y no temas mostrar tu lado más sensible. Fomentarás un concepto más amable y seguro de ti hacia los demás. Se acabó eso de bajar la mirada. Darás la imagen de no estar interesado en la conversación. Cuando alguien te esté hablando, mírale directamente a los ojos y con la cabeza bien alta.

¿Miedo al ridículo?

Olvídate de él. Cuesta un poco, pero intenta no pensar tanto en el qué dirán. Es importante que aprendas a desdramatizar situaciones y a dar a las cosas la importancia justa. Saca partido a tus puntos fuertes. Elige un tema de conversación que domines.

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Si no, pide ayuda

Si lo has intentado todo, pero no has podido vencer solo tu timidez, existen asociaciones y grupos de terapia que te servirán de gran ayuda. Una de las técnicas de grupo más utilizada nace de la unión del teatro y la terapia. Se llama psicodrama y a través de esta herramienta descubrirás tu expresividad gestual y verbal mediante acciones que desarrollarán tu capacidad de improvisación y tu espontaneidad consiguiendo sacar el máximo partido a tus relaciones sociales y personales. Analiza qué situaciones o personas te la producen y plántales cara cuanto antes. Cuando te encuentres frente a este tipo de ambientes, relájate, respira hondo, ármate de valor y enfréntate a ellas poco a poco.

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