Libertad de prensa mermada

Libertad de prensa mermada

Aparte de incidentes y actitudes en que los periodistas han sido acosados o agredidos, o su trabajo obstruido por algunas autoridades, las dificultades que enfrenta la cobertura de las informaciones del Palacio Nacional es una de las evidencias más elocuentes de menoscabo de la libertad de prensa en un país democrático. Refrescamos estos conceptos a manera de respaldo a la exposición que hizo recientemente el periodista Miguel Franjul, director del colega matutino Listín Diario, ante la 70 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la que detalló agresiones, abusos y amenazas que han puesto en evidencia las condiciones de inseguridad para el ejercicio del periodismo y la libertad de prensa.

El 5 de este mes expusimos, en una amplia nota Editorial, las dificultades que enfrentan los periodistas que cubren las actividades del Palacio Nacional. Ese estado de cosas persiste y no hay indicio de que vaya a cambiar por el momento. Tampoco el Gobierno da muestras de interés por institucionalizar encuentros periódicos con los periodistas, que son voz y oído de los ciudadanos, para responder a temas cruciales para una sociedad que tiene derecho a saber cómo piensan quienes gobiernan. Una libertad condicionada en estos términos es una libertad disminuida, con la agravante de que el maltrato a periodistas y los obstáculos a su labor quedan siempre sin sanción para sus autores.

GRAVE DESAFÍO A LA AUTORIDAD

El intento de asalto a la cárcel modelo de Najayo, que dejó al menos cuatro muertos y nueve heridos, es un grave desafío contra la autoridad que debe ser investigado hasta sus últimas consecuencias y ramificaciones. El procurador general Francisco Domínguez Brito no descarta que el grupo, provisto de armas de guerra y que logró escapar, intentara rescatar o propiciar la fuga de reclusos vinculados al narcotráfico. Uno de los reclusos muertos tenía una pistola con la que dominó a un custodia.

En la Penitenciaría de La Victoria hubo otro muerto a balazos, en un incidente que aún no se sabe si guarda relación con el de Najayo. En fin, estos sucesos constituyen temerarios desafíos a la autoridad, en momentos en que la seguridad ciudadana atraviesa uno de sus peores momentos. El hacinamiento en las cárceles no deja de ser factor a tomar en cuenta al evaluar las causas de sucesos como estos.

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