Entre los escollos que afectan la libertad sindical en el país están las presiones y chantajes de los empresarios a los empleados, la poca afiliación por el temor de los trabajadores a perder su empleo y fallos judiciales favorables a los patronos que violan ese derecho, según varios sindicalistas.
Pepe Abreu puso de referencia el caso de la minera Barrick Gold, en la que se formó un sindicato que fue reconocido por el Ministerio de Trabajo; sin embargo, la empresa internamente alega que el gremio no tiene mayoría de afiliados y por tanto no puede representar el conjunto de los trabajadores y negociar colectivamente.
Explicó que las promociones internas por calificación técnica discriminan a los empleados afiliados, quienes no son promovidos, por lo que los trabajadores se abstienen de afiliarse y la empresa se vale de ese instrumento represivo.