El día 3 del presente mes de mayo, consagrado para conmemorar la libertad de expresión, asistimos al desmayo de la concerniente a la ética en esa asignatura, como consecuencia del excesivo permisivismo de los gobiernos del presidente Hipólito Mejía y de Leonel Fernández.

Es de recordar que en el gobierno del primero la Comisión de Espectáculos Públicos procedió a clausurar un espacio radial diario mañanero donde se pronuncian expresiones soeces, que han debido regularse hace tiempo, y el gobernante gurabero impidió la acción correcta de profilaxis verbal que tanto daño ocasiona a la sociedad, sobre todo, a los menores, que entienden que las palabrotas que se dicen allí son correctas, y las repiten como buenas y válidas. Ahora esas groserías e insultos se trasladaron al canal 53 de Cibao Tele Club, clausurado por INDOTEL, y donde el doctor Ernesto Fadul Fadul se desgranaba en una torrentera de ludibrios y contumelias deshilachando reputaciones desde el jefe de Estado y a todos sus funcionarios.

Propicio sería conocer del dueño del canal 53 si permitiría que esos denuestos pronunciados indebida y penalmente por el doctor Fadul Fadul fuesen contra su bien ganada reputación de empresario. Así también acontece con dos diarios que se pronuncian contra la clausura del canal aludiendo menoscabo a la libertad de expresión y cabría también cuestionar a los directores de esos medios si permitirían que el doctor Fadul Fadul escribiera todo lo que dice en esos periódicos.

Las declaraciones tanto del presidente del CDP y el SNTP carecen de valor no solo por su condición de perredeístas consumados, sino porque no aluden la torrentera verbal dañosa que despeñaba por el canal 53.

Correcto sería que INDOTEL disponga la reapertura del canal 53 que otorgó el 20-05-1983, con la salvedad que reiterar en el permisivismo insultante, conllevaría la clausura definitiva y cederlo a Radio Santa María.